Respuestas del ser humano en situaciones complejas

La complejidad de la vida inclina a los humanos a inquirir sobre respuestas del comportamiento relacionado con todas las actividades, tanto sensoriales como materiales. La actual pandemia inesperada obliga a todos a analizar los diferentes episodios de las vivencias humanas que tengan similitud con la actual crisis y sirvan de marcos de referencia para afrontar esta grave vicisitud.

Con ello se aspira a avivar el sentido de la solidaridad y la experiencia que deviene de esta noble actividad, tan profunda y constante, tan cotidiana y sobre todo reflexiva, que genera sin duda una mejor posición de la estabilidad sentimental de las acciones propias respecto a la vida interior y a las cosas pues no se negará la indisoluble conexión de lo espiritual y lo material.

Se debe recurrir a la historia y a los inefables libros para

recopilar las actitudes de anteriores generaciones pasadas, que ya no están y que imposibilita la tradición verbal, ante pandemias similares. La peste negra fue una pandemia que generó la enfermedad infecto-contagiosa producida por el bacilo de Yersin que la rata transmite al ser humano mediante mordedura o través de las pulgas y diezmó a la humanidad con millones de muertos.

La gripe que es una enfermedad infecciosa contagiosa, además de epidémica, y tiene origen viral con gran similitud en los síntomas con la actual corona-virus. La humanidad ha experimentado los virus gripales que afectan a algunos animales, sobre todo en las aves en las cuales se experimenta una mutación que los convierten en altamente patógenos. En 2.009 surgió en América del Norte un nuevo virus de la gripe llamado A(H1N1).

De todos estos resumidos antecedentes se puede extraer una conclusión motivante: solidaridad, pues en todos los casos citados, numerosos países, sino todos, asumieron medidas preventivas y se comunicaron los avances médicos para ralentizar y eliminar la transmisión a los humanos.

Hoy existe la inapreciable velocidad en la información que posibilita a los países más adelantados en estudios en virología y epidemiologia, transmitan y compartan sus experiencias y medidas más adecuadas para afrontar la pandemia, porque la naturaleza del ser humano es ilimitada en cuanto a poder refractar lo que asimila en el discurrir de las experiencias investigativas, produciendo pensamientos y acciones que transforman la historia y, sobre todo, modifican las actitudes cotidianas de los individuos y las colectividades.

Los humanos, aunque sea paradójico, yerran en el verdadero afán de descubrir sus facultades y capacidades para un mejor interrelacionamiento humano sustentable por la solidaridad, y en esta pandemia se ha revitalizado esta virtud, lo que avecina un mundo mejor.

(*)Es abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior (UMSA), Alta Gerencia para abogados

(UCB- Harvard), Filosofía y Ciencia Política ( CIDES-UMSA, maestrn), Arbitraje y Conciliación ( Especialidad), Derecho Aeronáutico( Instituto de Derecho Aeronáutico, del Espacio y de la Aviación Comercial, Madrid), Oratoria (Especialidad), doctor honoris causa en HUMANIDADES(IWA-Cambridge University, USA)

Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)