Miercoles 21 de marzo de 2012
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Editorial y opiniones
Capitalismo de Estado y socialismo extremo
21 mar 2012
Por: Armando Mariaca V.
Vivir de sofismas, inventarnos irrealidades y creer que estamos en la cima del mundo, ha sido una característica de nuestros políticos y todos los gobiernos, desde tiempos inmemoriales, han pecado de ello; en otras palabras, no sólo han pecado los “revolucionarios” o los que creen poder cambiarlo todo sin cambiar viejas costumbres y malas políticas.
Desde enero de 2006 vivimos en un país que tiene por característica en sus dirigentes el ser “socialistas” y con esperanzas de restaurar un sistema que está obsoleto, aniquilado y olvidado, por obra de sus propios sostenedores, pensadores y propiciadores desde el año 1917 en razón a que, finalmente, tomaron conciencia de cuán equivocados estaban. Podemos decir que, con semejantes ideas, nos hacemos la ilusión de que estando en la sima del mundo, y del Tercer Mundo especialmente, podemos subir a la cima y resultar el país mejor organizado, más avanzado y con mayores posibilidades de vencer totalmente a la pobreza.
Falsas ilusiones porque nos creamos fantasías – ¿para contentarnos o para creer que es cierto que podemos todo? –. En nuestras formas de vida, en nuestras maneras y medios de trabajo, en el manejo de nuestra economía y en cualquier actividad económico-financiera, vivimos un capitalismo absoluto. El Gobierno, que cree en el socialismo, está aferrado al capitalismo y así lo ha demostrado inclusive en sus relaciones con el gobierno de Venezuela que está íntimamente ligado al capitalismo aunque sus dirigentes pregonan un socialismo que no lo sienten ni en la sopa.