Arenales de Cochiraya estuvieron sin gente y con mucha basura

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Debido a la cuarentena total que se vive en Bolivia, el principal escenario de Oruro para la Semana Santa, como son los arenales de Cochiraya, estuvieron vacíos de gente, pero llenos de basura, una situación que no se puede controlar debido a la falta de una educación ambiental.

Ayer LA PATRIA estuvo caminando por las ardientes arenas de Cochiraya, a fin de visitar un lugar tradicional en el Viernes Santo y sobre todo constatar la presencia de personas.

Una vez en el lugar, hacia el Oeste de la avenida de Circunvalación, están dichos arenales, para llegar al lugar se debe pasar por un pequeño sendero y ver esa majestuosidad que aún está vigente en la ciudad de Oruro.

Sin embargo, antes de iniciar esa caminata, se percibe un olor pestilente a basura putrefacta en el mismo ingreso a los arenales, visualmente acompaña una gran cantidad de desechos de todo tipo, desde ropa, botellas de todo tipo hasta comida y algunos animales en estado de descomposición.

En el sendero se ve una especie de pisadas, quizás de cientos de personas que llegaron al lugar, sin embargo, una vez cruzado este pasadizo, se nota que en la arena no había señal de que alguien hubiese estado en la zona por lo menos un buen tiempo.

Pasos más adelante se ve el enorme paisaje de arena, adornado por montículos de paja brava, principalmente en la zona que más cerca está de la

avenida de Circunvalación.

Ese maravilloso panorama se ve afeado por la basura que está en todos los sectores de los arenales de Cochiraya, se observó envases de espuma carnavalera, botellas pet, también de licor vacías de todo tipo, papeles, alguno que otro zapato, papel incrustado en medio de la arena y otros desechos que arruinan cualquier postal fotográfica.

El silbido del viento fue el único compañero del periodista que llegó al lugar, que tras llegar a lo más alto de las dunas de arena, más al Oeste, casi al final de los arenales, divisó una carpa solitaria de cuyo interior salían como melodías, las risas de una pareja.

El retorno fue casi por el mismo camino, sembrando huellas en la arena que sólo el viento se encargará de borrar.

Fuente: LA PATRIA