Ocho mil quinientos niños mueren al día por hambre ¿Qué es el coronavirus?

Otro grupo de bolivianos ahora mismo clama por ingresar a su patria, ante la indiferencia de los gobernantes, acampando en la pampa heladísima, vetados del pequeño municipio chileno de Huara, el más próximo a la frontera, convertidos aquellos bolivianos en gentes sin patria. Esta actitud del gobierno constituye un franco atentado a la salud de los compatriotas, a la salud pública, aun a la vida de los proscritos y es un notable incumplimiento de deberes y una resolución contraria a la Constitución, que garantiza a los compatriotas su derecho de ingresar a su país, en su Artículo 21, Número 7. Este es un delito de lesa humanidad. Cuando todos los países, sin ir lejos Chile, ha puesto a disposición vuelos y ha desplegado y está desplegando una gestión diplomática intensa en este sentido, para permitir a sus ciudadanos volver a su casa, a su patria.

En Bolivia, entretanto, se viola y se atenta impunemente contra las garantías constitucionales y contra los derechos fundamentales, militares golpean cobardemente a ciudadanos capturados por el solo hecho de estar en la calle, acaso porfiando para llevar un pan a su hogar, ante el severo riesgo de enfermar o morir a causa del hambre y la desnutrición, él y su familia, niños, bebés de por medio.

Los gobernantes de turno han perpetrado amenazas y procesos sistemáticos a personas que no hacían más que salir a buscar un pan para vivir, para no morir, se les ha llevado a La Paz, en el caso de los que han sido aprehendidos oscuramente en Riberalta, se trata de moto taxistas que se manifestaban porque se les deje trabajar, esto es, porque se les permita vivir. Acusados por esto de sedición y de delitos contra la seguridad del Estado, han sido trasladados a La Paz desde el Beni, para ser procesados ahí. Este es un uso indebido de los decretos y de las leyes. Estas personas no han cometido delito alguno. Además, ni siquiera en el Estado de Excepción se suspenden las garantías constitucionales y los derechos fundamentales, cual es el derecho al trabajo y a la integridad física, conforme el Artículo 137 de la Ley Fundamental.

Cuando, conforme el Artículo 137 de la Carta, el Presidente del Estado dicte Estado de Excepción, sólo a causa de peligro para la seguridad del Estado, amenaza externa, conmoción interna o desastre natural, a la cual propiamente no se ajusta la pandemia. La vigencia del Estado de Excepción dependerá de la aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional, la cual deberá considerarlo en cuanto las circunstancias lo permitan y en ningún caso luego de 72 horas de dictado el Estado de Excepción.

Se está atentando contra los derechos fundamentales y contra las garantías constitucionales de manera flagrante. La epidemia del Covid-19 no debe ser pretexto para estas actitudes criminales de un gobierno de transición.

Estas medidas arbitrarias, además, están ocasionando un grave atentado a la salud de los bolivianos al no permitirles trabajar, lo cual ocasiona hambre, mala nutrición o desnutrición, la debilidad de su sistema inmunológico, que les hace propensos a contraer muchas enfermedades, cualquiera de las cuales puede desembocar en la muerte, les hace más propensos a padecer incluso del tan mentado Covid-19.

Luego, la situación que se está contribuyendo a imprimir en Bolivia, país pobre, es deplorable. En Bolivia muchas personas mueren por hambre o desnutrición y causas conexas, mucho más que por la epidemia de Covid-19. Esto pasa asimismo en el mundo, donde 8.500 niños mueren cada día de hambre, conforme un reporte de Naciones Unidas, publicado en febrero de 2019. Según las estimaciones de Unicef, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la División de Población de Naciones Unidas, se calcula que 6,3 millones de niños menores de 15 años murieron en 2017 por causas, en su mayoría, prevenibles. Esto supone la muerte de un niño cada 5 segundos.

En definitiva hay otras consideraciones a las que atender antes que anular el mundo por una epidemia que ha reportado un nivel de mortalidad bajo, del 5 al 6 por ciento a nivel mundial. Una pandemia de la cual la gran mayoría, a las 9 de la mañana (hora boliviana) del 8 de abril de 2020, se ha recuperado y se recupera. En efecto, alrededor del 30 por ciento se ha recuperado ya y, el restante 65 a 64 por ciento, se encuentra en estado de recuperación, en tratamiento, etc.

El mundo no puede, no debe parar a causa de esta epidemia y/o pandemia. Las consecuencias han de ser radicalmente más nocivas y mortales en caso de persistir en la actitud exagerada en que muchos gobernantes de países han incurrido a la hora de, según dicen, combatir este virus. La naturaleza de esta pandemia es bastante relativa. Se ha visto personas de más de cien años de edad que se han recuperado. En los casos de mortalidad, según se ve, son personas que adolecían de otras enfermedades bastante graves, sean cardiacas, pulmonares, etc., que se han agudizado a causa del coronavirus, como se pueden agudizar por una gripe normal o por cualquier otra afección. Sumado a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos dice que las SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo), conocido en Bolivia como las comunes IRAS (Infecciones Respiratorias Agudas), son mucho más letales que el Coronavirus (Covid-19).

Fuente: Por: Henry Pablo Ríos Alborta