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Sábado 04 de abril de 2020

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Moquillo canino

04 abr 2020

Fuente: Fuente: webconsultas.com

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El moquillo canino es una enfermedad infecciosa originada por un morbilivirus de la familia Paramyxoviridae. También se conoce con el nombre de distemper canino, CDV o enfermedad de Carré. Este virus induce la enfermedad mayoritariamente en los carnívoros terrestres. Los animales de compañía susceptibles del contagio son los perros y los hurones con una baja o nula respuesta inmunitaria, a los que les provoca un cuadro clínico catarral inicialmente y, más adelante, signos neurológicos y fallo multisistémico potencialmente mortal en más del 50% de los casos.

Según los estudios actuales, el ser humano no se ve afectado por la enfermedad del moquillo canino, por lo que, en ese sentido, los amos pueden estar tranquilos.

CÓMO SE CONTAGIAN LOS PERROS DEL MOQUILLO CANINO

El virus del moquillo canino se elimina en las secreciones respiratorias y oculares, principalmente, aunque se sabe que es posible la excreción en la saliva, las heces y la orina de los animales infectados incluso hasta dos o tres meses tras contraer la infección. Los animales se contagian cuando inhalan el virus contenido en estas secreciones. Asimismo, los cachorros pueden adquirir el virus a través de la placenta.

En un primer momento, el virus se dirige a las tonsilas, la faringe y los ganglios linfáticos del aparato respiratorio. En poco más de una semana, llega a los tejidos epiteliales bronquiales y del aparato digestivo y el sistema nervioso central. Los perros con una buena respuesta inmune no mostrarán síntomas, o serán muy leves, mientras que, en aquellos con un sistema defensivo defectuoso, la enfermedad progresará y desencadenará la sintomatología típica del distemper canino.

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Los perros de cualquier edad pueden verse afectados por el moquillo canino, pero los cachorros menores de seis meses son más susceptibles al contagio, especialmente si no están vacunados o no han completado el protocolo vacunal recomendado por su veterinario. Los cachorros que no han recibido el calostro (leche con anticuerpos defensivos) de una madre inmunizada, y los perros inmunosuprimidos por cualquier causa (estrés, mala alimentación, hacinamiento, u otras enfermedades concomitantes como la parvovirosis) también corren mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Hay que tener en cuenta que un cachorro podría infectarse antes de terminar su vacunación si entra en contacto con animales infectados. Por eso es tan importante la vacunación preventiva, mantener a los cachorros con sus madres hasta los dos o tres meses de edad, y evitar que entren en contacto directo con otros perros hasta completar el calendario vacunal.

Fuente: Fuente: webconsultas.com
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