China nos compra minerales y nos vende todo lo que quiere

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El mercado boliviano, como otros de Latinoamérica, está abarrotado de toda suerte de mercaderías, como dicen, desde agujas hasta maquinaría minera y alguna otra de industrias específicas. La lista registra productos alimenticios, ropa variada, pero también una amplia línea de artefactos electrodomésticos, aparte el comercio de celulares y computadores, está saturado con varias marcas del país asiático.

Sin ser el más importante, el rubro de exportación minera tiene cierta significación por la variedad de minerales que importa la potencia asiática, que frente a otras compras tampoco es lo más importante, sin embargo algunos de nuestros concentrados mineros, son muy requeridos por la industria china, pero el hecho no implica preferencias en volúmenes o precios. China nos paga lo que registra la pizarra de precios y se descuenta la "limpieza" que hacen en algunos minerales con cierto contenido suplementario. Son nuestros concentrados baratos porque carecen de "valor agregado".

Inversión en minería

Son varias las inversiones que ha realizado China en nuestro país, logrando contratos importantes, como los que se desarrollan en el salar de Uyuni y que están ligados a la explotación del litio y se supone que facilitarán también su industrialización.

Otro proyecto de magnitud corresponde a la explotación de hierro en el Mutún, zona oriental boliviana, donde deben construir una siderurgia en la que se transformará el hierro en fierro y en acero, abriendo una competencia muy importante al vecino Brasil, que en la zona colindante, también produce hierro.

Hay otras inversiones de importante cuantía en algunas operaciones mineras, como el caso de disponer de equipo pesado, maquinaria y herramientas en la explotación aurífera en la zona norte de La Paz y el extremo colindante del Beni, distritos que en el último tiempo han logrado elevar sus ingresos generales, gracias a las regalías del oro. Empresas chinas asociadas con cooperativas regionales, mueven capitales y gente para obtener oro.

Se esperaba, aunque sin confirmación que otra inversionista china coloque su capital en el proyecto de las fundiciones de zinc, la primera en Oruro y otra en el distrito de Potosí. Cuando se lanzó la información, cinco años atrás, el gobierno de entonces, anunció una inversión de medio millón de dólares, para encarar ambos proyectos. Después de algunos ajustes y ya con otro anuncio especialmente para desarrollar el proyecto en Oruro, utilizando los predios del complejo metalúrgico de Vinto, se replanteo el valor a más de 300 millones de dólares, suma que no se movió en ninguna cuenta ya que el proyecto no marcha hasta el presente. Como señaló un dirigente empresarial, "se trata de un soberano engaño y una ofensa a Oruro del anterior gobierno".

Sistema productivo

El Covid-19, mientras sigue vigente y causando serios problemas en el mundo, por supuesto que su efecto tiene mayor incidencia en la economía de países y ciudades como el caso nuestro, donde se siente la falta de insumos básicos, otros de orden médico, disminuye el sistema productivo de manera general, el turismo se paraliza y las principales opciones de exportación de materias primas baja ostensiblemente, poniendo en aprietos a nuestros gobernantes para equilibrar los gastos extraordinarios de enfrentar al coronavirus.

Prácticamente el hemisferio es parte de una recesión generalizada, que con variantes diferentes, en función a sistemas de población y economía comprometen a gobernantes y a ciudadanos en general para evitar que el virus cause daños y para frenar su propagación. La presencia del coronavirus en el medio nacional ya marcó una secuela de daños, especialmente en el sector de la producción industrial, empezando por señalar casos de estrategia nacional como la generación de recursos por la venta de nuestro gas y los minerales, ambos confrontando en este tiempo duras restricciones que amenazan con un cierre de operaciones, lo que implicaría un desastre en la economía del país.

El virus ya está instalado en nuestro país, menos mal sin llegar a extremos, aunque el aumento de "contagiados" genera cierto pánico, hace que mucha gente asuma algunas medidas por cuenta propia, un factor negativo y peligroso que debe ser controlado para que las medidas de seguridad tengan efecto, en función de disciplina y comprensión para sobrellevar las dificultades que son propias de un "estado de emergencia" contemplado como una "cuarentena", que podría prolongarse en tiempo y espacio modificando las actuales medidas.

Bolivia como otros países enfrenta un proceso recesivo y espera que la unión y disciplina ciudadana, hagan frente al virus proveniente, de la China

entre otras cosas.

Fuente: Medios. Agencia Uru.