Domingo 29 de marzo de 2020
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Editorial y opiniones
EDITORIAL
Negocios de ropa usada
29 mar 2020
El proceso en defensa de nuestra industria debe completarse con políticas especiales que incentiven a nuestra industria, a través de planes especiales en materia de apoyo crediticio, menos burocracia en formalización de trámites, impuestos justos y pleno respaldo a las condiciones productivas que realmente faciliten su comercio, demostrando calidad, duración y precios competitivos
A no dudarlo, el negocio de ropa usada en nuestra ciudad se ha generalizado en cierta zona urbana en varias cuadras y entre dos centros de abasto, los mercados Campero y Bolívar. La gente que busca esa mercadería ya conoce la ubicación de estos negocios, tiendas abarrotadas de una variada cantidad de prendas de vestir, desde las más íntimas, pasando por las de uso corriente, ofertando calzados, calcetines, ropa deportiva, y al gusto de hombres y mujeres de todas las edades. Hay de todo para todos. La característica que sobresale según los compradores, es el precio bajo, competitivo para la compra de ciertas prendas que en circunstancias normales (nuevas) no podrían comprarse.
Cuando se averigua procedencia, la respuesta es generalizada, llega de la China y lo más interesante con marcas internacionales, de ahí que de manera especial para ciertos jóvenes compradores, la ropa usada es gran oferta.
Hay que señalar que el stock de variedad de ropa se completa con partidas de ropa nueva, por supuesto de origen chino, con autorización de importación y con precios igualmente bajos que liquidan cualquier posibilidad de competencia de productos especialmente textiles de industria nacional. Un grave problema para la pequeña y hasta mediana empresa que trata de vender su producción.