Las regalías mineras de Oruro no garantizan nuevos proyectos

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La recaudación de regalías mineras que corresponden a la explotación y comercialización de minerales producidos en Oruro, no constituyen una garantía para encarar nuevos proyectos, pues el nivel de ese ingreso específico que es parte porcentual de todo lo que se genera en el sector de la minería estatal, pero que tiene mayor relevancia con el aporte del sector privado, aún así no satisfacen las expectativas para encarar emprendimientos que le permitan al distrito posicionarse como hace años, con el proyecto aurífero de Inti Raymi, tanto en La Joya, como después en Iroco.

Entonces se anotaron buenas regalías, sin embargo las condiciones que prevalecían entonces, igualmente no permitieron la diversificación de otros proyectos mineros privados y menos de algunas alternativas para encarar la modernización de la minería tradicional (estatal).

Disminuyen las regalías

De acuerdo a un informe de la secretaría de minería de la Gobernación, se estableció que en la pasada gestión del 2019, la recaudación de regalías mineras para Oruro alcanzó a 92.409.614 bolivianos, con una notoria disminución de cerca a 3 millones de bolivianos con relación al año 2018, cuando ese ingreso de regalías sumó 95.595.978 bolivianos. La autoridad encargada del control de regalías, atribuyó el bajón de ingresos al precio del zinc que durante varios meses se mantuvo sin margen de recuperación, además de la evasión por parte de algunas comercializadoras en el pago de las regalías, situación que merecerá especial atención para evitar que esa irresponsabilidad, ocasione perjuicios en el manejo de este único ingreso que se tiene por la actividad minera regional.

Un pedido especial de la Gobernación es que se apruebe un presupuesto reajustado y que permita cubrir el pago de salarios a personal encargado del control de recuperación de regalías mineras, labor que en el último tiempo efectuó personal de la policía, en función a un acuerdo que permitió salvar un alto índice de evasión.

Las comercializadoras han sido instruidas para cumplir ciertas regulaciones como agentes de retención, exigiendo en las operaciones comerciales el uso del formulario 101 como requisito que formaliza el comercio de minerales y el pago de regalías mineras. Como se sabe, la Gobernación percibe un 10 por ciento de la recaudación total, suma insignificante para encarar proyectos de prospección y exploración de yacimientos mineros.

Bajo las condiciones poco halagüeñas de la recuperación de regalías, el distrito de Oruro, considerado otrora como líder en producción y exportación de minerales, en la actualidad se ubica en cuarto lugar en la recaudación de regalías después de Potosí, La Paz e incluso Beni que tiene mejores ingresos por las operaciones mineras que se cumplen en su territorio y parte en el norte paceño.

Lo evidente es que en el departamento de Oruro, hace mucho más de una década en que no se han producido inversiones mineras, por lo tanto no hay nuevos yacimientos que generen regalías mineras. Las que se perciben de manera reducida, corresponden mayormente a la minería estatal, la que como se sabe, también está declinando en volumen y un centro del que se esperaba un buen comportamiento productivo como Huanuni, no puede elevar su volumen de concentrados, por deficiencias en la habilitación del nuevo ingenio Lucianita, varios años inoperable y sólo con anuncios optimistas para comenzar sus operaciones. Una observación técnica que no ha sido confirmada, apunta a una crisis en el futuro rendimiento de Huanuni.

La Comibol, está frente al reto de mejorar la minería tradicional, pero requiere de una fuerte inversión, estatal o privada, que además deberá consolidar con medidas apropiadas la prospección, exploración y explotación de nuevos yacimientos, específicamente en la jurisdicción orureña.

Medios. Agencia. PM.