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Viernes 20 de marzo de 2020

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Perspectiva Minera

De la minería pasiva hay que pasar a la explotación masiva

20 mar 2020

Se necesitan condiciones apropiadas para captar inversiones La Ley Minera 535 debe ser actualizada y reglamentada

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Es increíble que ninguna autoridad del sector administrativo minero se haya preocupado de encarar el trabajo de reglamentación de la Ley 535 de Minería y Metalurgia, que promulgó con bombos y sonajas, el vicepresidente Álvaro García Linera en un acto cumplido el 28 de mayo de 2014, en la Gobernación de Oruro, con la promesa discursiva de aplicar ese instrumento para mejorar la actividad minera del país.

Transcurren casi 6 años del hecho y no se escribió ni el título del reglamento, tampoco se pudo adecuar una "escala impositiva" para convenir un régimen de impuestos con inversionistas, pero que sea competitivo con los que rigen en países vecinos. Por la inaplicabilidad de la Ley 535, hubo que hacerle algunos ajustes y resulta que "ni esos cambios" hacen del documento, el instrumento que modernice nuestra minería y avance hacia su industrialización.

Uno de los aspectos críticos de la Ley, es que la misma no ofrece de manera concreta "seguridad jurídica" y garantías suficientes a los inversionistas, por lo mismo no hay ni un solo registro de ofertas en inversiones dirigidas a explorar nuevos yacimientos mineros. Ocurre todo lo contrario en países vecinos donde las reglas de juego son claras, implican responsabilidades, pero existe todo un aparato legal que facilita el desarrollo de millonarios proyectos, con iguales perspectivas de utilidades financieras para Estados y beneficios sociales para comunidades.

Minería masiva

Hay que recuperar la idea y hacer que se cumpla, en la extensión propuesta por el nuevo presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), para que a través de este organismo se dinamice la "reactivación de la minería", hay necesidad de darle funcionalidad a la Comibol, cambiando su burocrática estructura y convirtiéndola en un ente financiero y técnico operativo, desde el que pueda delinearse toda la política minera nacional, priorizando por supuesto al sector estatal, que tendría que alcanzar en tiempo breve el grado de "minería masiva".

Por supuesto que el hecho planteado por el ejecutivo de Comibol, no es "convertible" de la noche a la mañana. Los observadores entienden que se trata de un proceso especial, que debe comenzar por reestructurar la estatal minera, lo que no significa en ningún caso "refundar" el organismo como planteó "un trasnochado dirigente" así calificado por sus compañeros cuando se habló de un pesado é inútil trámite para "adornar el nombre de la institución" sin que se vislumbre nada objetivo para actualizar su funcionamiento.

Mucha gente transitó por el ministerio de minería, otro contingente lo hizo por el directorio de Comibol, varios presidentes manejaron la estatal minera y como se observa, en más de una década no hay ningún cambio que hubiera servido para activar la Comibol, de modo que el importante sistema productivo de la minería nacional, se debate en el esquema de seguir explotando yacimientos en proceso de agotamiento, sin trabajar en proyectos de diversificación que reemplacen las vetas que se agotan.

Salir de la minería tradicional, "cambiar de mentalidad" e ingresar a una minería grande y masiva, significará la aplicación de una serie de disposiciones que permitan tratar el cambio con adecuado respaldo técnico, lo que implica aplicar un proyecto de renovación tecnológica con el suficiente apoyo financiero, pues se trata de superar el rendimiento de la producción minera, logrando mayor volumen de concentrados de buena ley, para cubrir expectativas de la metalúrgica de Vinto por una parte y de exportaciones por otra vía, con una suficiente y eficiente provisión de concentrados.

En el caso de Huanuni, no puede prolongarse por más tiempo la etapa de pruebas en el ingenio Lucianita, es necesario que funcione en el mayor porcentaje de su capacidad, para mostrar la efectividad de su instalación, lo contrario obligaría a las actuales autoridades establecer sin miramientos, las responsabilidades que pesan sobre "las espaldas" de muchos ejecutivos del ministerio de minería y de la Comibol, por las imprevisiones que se han establecido en el proceso de construcción del millonario ingenio Lucianita.

Inversión obligada

Lo que ha estado sucediendo durante muchos años del régimen pasado, es algo inaudito, como lo señalan expertos en la materia, al indicar que se priorizó una buena cantidad de recursos para el mega proyecto del litio, con la abierta intencionalidad de "tentar" capitales externos, con tratamientos especiales de ciertas seguridades que no se dispusieron para proyectos de prospección y exploración de nuevos yacimientos mineros.

Se ha reclamado inversiones para impulsar la minería, pero las respuestas han sido erróneas en función de algunas concesiones, como fidecomisos de emergencia para salvar deudas operativas de Huanuni, con una planilla millonaria y una producción fuera del nivel de equilibrio de "10 mil brazos" y un rendimiento productivo de poco más de 2 mil brazos. Un ingenio millonario sin funcionar y poco dinero para cubrir obligaciones sociales.

Bajo esas condiciones, además con una fundición de estaño de excelente producción de calidad, pero sin alcanzar el máximo de su rendimiento y con una permanente deuda con su principal proveedor, el asunto es parte de un proceso improvisado, sin adecuada planificación profesional, sin respaldo tecnológico actualizado y sin perspectiva cierta de tener un respaldo financiero que cubra sus más imperiosas necesidades y se habilite para enfrentar los retos de la competencia externa.

Está claro, como lo aseguran los que saben de la materia, si no hay suficiente inversión, será muy difícil, sino imposible, encarar un proyecto de "minería masiva". Deben adecuarse además reglas claras de juego, como la "seguridad jurídica", garantías para las inversiones y un trabajo forzado de inmediato, para reestructurar la Comibol y disponer su trabajo en planificación, producción y rendimiento efectivo de nuevos emprendimientos mineros. La materia prima sobra, hay que ubicarla y explotarla, lo que falta es capacidad, decisión y respaldo para encarar la "reactivación de la minería boliviana".

Medios, Bocamina, P.M.

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