Fundamentalmente el bien difiere del bien común, aunque ambos conceptos y sus derivadas acciones provienen de un tronco común que es la cualidad de lo bueno. Bueno es todo aquello que puede perfeccionar a una mujer o a un hombre y por lo tanto ostenta una intensa apetencia para ellos. El bien común se refiere a toda la colectividad, sea esta sociedad o comunidad y tiene la misión peculiar por la cual existe; misión que le confiere su cuño y principio formal y que irremisiblemente constituye su alma.
Aquélla misión debe consistir en un bien o en un conjunto de bienes que han de conseguirse mediante la actividad del alma de la colectividad, de modo que no sólo reporte beneficios a ésta sino a todos sus miembros.
El bien se divide acorde a su contenido objetivo en valores puramente materiales, biológicos y psíquicos; y espirituales como son los intelectuales, estéticos y morales. Ahora esta división no debe confundirse con la división formal del bien en valor en sí y valor útil, éste es un valor extraño, se limita a llevarnos a otro bien, por ejemplo a la cultura, a la medicina, a la salud, al derecho. El valor en sí en sentido amplio es el valor del perfeccionamiento, por ejemplo: la alegría por la verdad descubierta en Derecho y la tranquilidad de la buena conciencia.
El tema principal es concienciar que la mujer y el hombre son en esencia buenos y para justificar esta afirmación existen investigaciones que trasuntan de la historia existiendo muchos ejemplos como las catástrofes naturales, en cuyo estudio de las muchas que hubo se comprobó que los humanos se ayudan mutuamente.
Naturalmente existen elementos que pueden trivializar este sentimiento de solidaridad si se los acoge como actitud, uno de ellos y de intensidad es el cinismo; es decir, cuando el ciudadano se torna cínico ante noticias como la corrupción, los feminicidios, pedofilia, los crímenes, entre otros, sin embargo, otro elemento más destructivo de la esencia de la bondad es el egoísmo. Vivimos inconcusamente en sociedades que se caracterizan por la vigencia y el ejercicio del egoísmo pues es asumido como medio de superación personal.
¿Quién se beneficia que mujeres y hombres sean malos?, en los gobiernos de la cultura occidental siempre necesitaremos de poderosos, de reyes, presidentes que según la historia estos hombres y mujeres con poder siempre fueron seguidos y venerados.
Afortunadamente numerosas colectividades reaccionan diferente y conciben que se necesita ser realista, no cínico y egoísta. Un par de cosas importantes unen a los primeros mandamientos de las comunidades primitivas cuando se aspira a una evolución y es la solidaridad demostrada a través de múltiples pasajes de la historia de la humanidad.
Hoy, con la evolución de la informática las comunidades están literalmente bombardeadas por las noticias negativas, entonces el colofón necesario es ser realista, criterioso y no naif o ingenuo; ser ingenuo lleva como respaldo el siguiente ejemplo: creer en grandes corporaciones como el Facebook que mantienen su posición infranqueable que ellos sitúan sólo a disposición del usuario la moderna tecnología de la comunicación pero los responsables de asimilar el contenido son los que la utilizan.
(*) Es abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior (UMSA),Arbitraje y Conciliación (Especialidad), Alta Gerencia para abogados (UCB-Harvard), Derecho Aeronáutico(Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico del Espacio y de la Aviación Comercial, Madrid) Filosofía y Ciencia Política ( CIDES-UMSA, maestren), doctor honoris causa en HUMANIDADES (IWA-Cambridge University, USA)
Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)
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