En la referencia de un experto en la materia, "nuestra minerÃa vive el pecado capital sectorial" que es la carencia de recursos para renovar sus sistemas de operaciones en interior mina, con moderno equipo de producción, además del complemento importante de seguridad laboral, empezando por la dotación de ropa apropiada de trabajo y elementos complementarios para realizar la pesada faena de extraer mineral, de las entrañas de la tierra.
De esa implementación adelante, es poco lo que se ha innovado en la minerÃa tradicional que administra el Estado. Son los casos de Huanuni, Colquiri, Corocoro, Santa Fe y otros, que continuan trabajando con cincel y combo, respirando dificultosamente por conductos abiertos en la roca.
Con ciertas diferencias, algunas muy marcadas, se establece que la minerÃa mediana y la "chica", desarrollan proyectos interesantes, la mayor parte ubicados en la jurisdicción de PotosÃ, departamento privilegiado por sus reservas mineras y el asentamiento de compañÃas transnacionales que han dispuesto inversiones especiales, para ejecutar emprendimientos rendidores que han mejorado la economÃa de esa región.
Las empresas privadas, utilizan nueva tecnologÃa en operaciones de interior mine, pero uno de los grandes proyectos mineros como San Cristóbal, se desarrolla a "cielo abierto" en un enorme complejo dotado de condiciones favorables de seguridad, cuidado del medio ambiente, y un programa social que favorece la permanencia segura de trabajadores y sus familiares, incluyendo la instalación de centros educativos, deportivos y sociales.
La nueva minerÃa debidamente financiada y organizada, ya no genera peligros de contaminación en las áreas próximas a su producción. La ocasión es propicia para hacer referencia a un proyecto aurÃfero postergado en su implementación, en proximidades de Challapata, una zona considerada agro ganadera, cuya población se opone a la actividad minera.
Sin embargo y por información preliminar sobre el emprendimiento, se entiende que se trata de una millonaria inversión y por lo mismo delineada en las condiciones de alta responsabilidad con el medio ambiente y con posibilidades de implementar un complejo social que garantice el bienestar de toda la población y sus actividades que generarÃa buenas utilidades para la región.
Inversión en tecnologÃa
Como "se pinta el asunto", asà lo comentan los expertos, la realidad es que la minerÃa boliviana no puede continuar en las precarias condiciones actuales de sostenibilidad. Requiere con urgencia un fuerte y apropiado financiamiento que le permita reacondicionar tecnológicamente todo su aparato productivo y aprovechar la magnánima concesión natural de los viejos yacimientos que todavÃa tienen riqueza para dar vida a nuestra minerÃa tradicional.
Pero es urgente reestructurar la estatal minera, Comibol, para delinear una polÃtica minera, adecuada al tiempo presente y que compita con la moderna que se desarrolla en paÃses vecinos, eso significará captar inversiones para desarrollar nuevos proyectos mineros. Es la única manera de apartarnos del "viejo molde" y encarar uno renovado, que devuelva a la minerÃa su rol inigualable de sostener la economÃa nacional y garantizar su
desarrollo.
Hay algunas exigencias para alcanzar buenos propósitos, una primera que corresponde a la actualización y reglamentación de la Ley Minera, otra que exige la reestructuración de Comibol y una tercera que corresponde a despolitizar los sectores mineros para que trabajadores y dirigentes recuperen su libertad democrática de pensar y trabajar libremente.
Fuente: Agencia Uru, Medios.
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