Jueves 12 de marzo de 2020
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Se repiten con frecuencia los desbordes de sectores polÃticos afines al populismo que, ahora en la oposición, persisten en recurrir a la violencia como arma de lucha polÃtica. Esto, está erosionando el importante objetivo -respaldado por la mayorÃa de los ciudadanos- de pacificar el paÃs, antes atormentado por esa aberrante conducta de los ahora desplazados.
Con los graves sucesos que acaban de suceder en la ciudad de El Alto, se confirma que no hay muchas posibilidades de evitar, por medios pacÃficos, o sea con la persuasión, la confrontación violenta que proviene de los populistas. Está en sus genes. Es la naturaleza que une a los masistas a las hordas agresivas del chavismo en Venezuela, a los verdugos del sandinismo de Ortega en Nicaragua y a los represores castristas en Cuba.
La deformación moral y la poca adhesión a las libertades democráticas -hacer campaña electoral es un derecho inalienable- se manifiesta cuando un personaje, dizque representando a "sus" bases, advierte que sus adversarios polÃticos no podrán hacer campaña electoral en el distrito donde dicen que predominan. Esta es una repetida advertencia torpe de un representante de los cocaleros del Chapare y, ahora, también proviene de algunos masistas en El Alto.
Fuente: Por: Marcelo Ostria Trigo