Sábado 22 de febrero de 2020

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Editorial y opiniones
EDITORIAL
El país y su carnaval nacional
22 feb 2020
El carnaval comenzó en Oruro y el éxito de su desarrollo implica responsabilidades de mucha gente, autoridades superiores, organizadoras del evento, personal policial y militar y se descuenta en nuestro medio una presencia responsable por parte de los miles de danzarines que cumplirán su promesa devocional, sin alcohol y sin política. Una bienvenida y un deseo de grata permanencia a nuestros visitantes
Cuando estamos a punto de culminar la novena semana y el segundo mes del año en curso, la atención de propios y extraños y la responsabilidad de autoridades se volcó a la celebración del Carnaval, salvando el hecho de que en el país este fenómeno nacional une a moros y cristianos, toca la conciencia de los ateos y sacude de ciertas malignas intenciones a muchos radicales personajes que hacen de la ocasión, su momentáneo escape de la realidad y su oportunidad de divertirse con mucho brío en honor del Dios Momo.
Menos mal que sólo se trata de contados días, en algunos distritos con mayor duración que en otros, en la mayoría de los casos con un inusitado despliegue de entusiasmo, derroche de alegría, demostración devocional expresamente en Oruro y en Sábado de Peregrinación, por lo demás abierta participación ciudadana, de todas las edades y en ciertos casos con selección de la juventud, hombres y mujeres, en una competencia de fuerza, de coordinación y de belleza coreográfica, que "enloquece" a miles de turistas de aquellos que llegan a Bolivia y comienzan por Oruro, el centro de la festividad y por lo mismo, el escenario en el que aparecen bailando las autoridades de gobierno, invitados especiales, diplomáticos y hasta mandatarios de países vecinos. Todo vale en el transcurso del Carnaval nacional, aunque ciertas situaciones ilícitas pueden ser severamente sancionadas.