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Sábado 15 de febrero de 2020

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Revista Tu Espacio

SALUD

La fidelidad

15 feb 2020

Fuente: Por: Soledad Antezana- exclusivo para Tu espacio Licenciada en Enfermería- Salud del Adolescente

Estamos viviendo en un tiempo en el que los valores, las buenas costumbres y hasta la misma educación prácticamente se han dejado de lado, debido a muchos factores, entre ellos, los padres de familia que perdieron el rol debido al sostenimiento económico del hogar.

Por otro lado, la influencia de los medios de comunicación y las redes sociales, prácticamente separaron al núcleo familiar. El diálogo entre padres e hijos en muchos de los casos nulos y los menores de edad deben tomar sus propias decisiones o deben afrontar sus propios problemas, sin siquiera recibir un consejo o una charla de reflexión.

Es por eso que cuando se afronta una relación amorosa, muchas de las veces es inconsistente, es decir, que no hay una base sólida de valores y menos respeto. En el caso de los varones, se ve a las mujeres como si fueran solo unos objetos, más cuando se inició la relación sexual. En muchas de las circunstancias las adolescentes tampoco se quedan atrás y actúan de la misma manera.

Sin embargo, en ambos casos no se dan cuenta que se cometen errores muchas veces irreversibles, ya que al hacer un cambio constante de pareja y sin el debido cuidado, pueden lastimarse no sólo sentimentalmente, sino también pueden contraer enfermedades de tipo sexual.

Por eso es que la fidelidad es importante, no sólo para preservar la salud sentimental, sino también física, aspecto que de alguna manera ayudará además a madurar como personas y enfrentar la vida con mayor responsabilidad.

Que los padres se preocupen por sus hijos, debe ser una prioridad y que los hijos aprendan a tener mayor confianza con sus progenitores es también vital para mejorar la relación familiar y marcar un Norte en la que ambos se sientan tranquilos y a su vez den confianza a sus parejas.

La relación de pareja no es un juego, ya que uno de los dos termina lastimado y el daño tarda en sanar, como una herida, sólo que en esta ocasión, la abertura no está en el cuerpo, sino en el espíritu.

Fuente: Por: Soledad Antezana- exclusivo para Tu espacio Licenciada en Enfermería- Salud del Adolescente
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