La polÃtica minera nacional debe encuadrarse en un marco establecido por la Ley Minera 535, pero debidamente reglamentada, lo que significa que la prioridad del momento es disponer de una comisión mixta que se encargue de esa tarea que en el futuro permitirá regular la actividad minera en todos sus sectores, estatal, privado y cooperativizado.
En el caso de la minerÃa privada, no hay manera de hacer reclamos desde que, no se satisface el pedido de empresarios para que se garantice la seguridad jurÃdica y puedan atraerse inversiones para minerÃa y metalurgia, en el nivel de alta competitividad que se produce en paÃses vecinos, donde millones de dólares hacen de la minerÃa el sector de sostenibilidad nacional.
No hay un justificativo razonable en algunas ex autoridades de minerÃa, al admitir que "en un paÃs eminentemente minero", no se haya dispuesto ni un mediano emprendimiento para renovar la minerÃa estatal o que se hubiera avanzado en el crecimiento de la metalurgia como parte importante de la transformación de nuestros concentrados en metálicos con valor agregado para su exportación o el uso de una parte de ese material para inducir a la nueva industria productiva que pueda competir con paÃses que nos venden desde cañerÃas hasta tornillos, que muy bien podrÃamos fabricar en nuestro medio.
Capacidad y autoridad
Aunque pasó la gestión que acabó abruptamente por los hechos nacionales, el rubro minero estuvo considerado entre los de menos efectividad, pues no se dieron circunstancias favorables para mejorar el rendimiento de los distritos del sector estatal en el que predominan Huanuni y Colquiri, el primero luchando por sostener más de 3.000 funcionarios y el segundo con mitad de trabajadores manteniendo un nivel de aceptable rendimiento. En ambos distritos se espera que sus nuevos ingenios permitan aumentar el volumen de concentrados. En el caso de Huanuni tal proceso ya debÃa estar en marcha, pero Lucianita se deja esperar. Mientras tanto en Colquiri se anuncia el nuevo ingenio para el 2022.
Lo que señalan los expertos es que desde el ministerio del ramo, la burocrática Comibol y el caso de algunas administraciones, faltó capacidad de ejecutivos para delinear y aplicar planes de desarrollo tecnológico, situación venida a menos, al reconocer que los encargados superiores tampoco tenÃan autoridad.
Lo que funcionaba era una minerÃa "a dedo", sin orientación ni dirección, con grupos politizados en cÃrculos burocratizados en el mismo ministerio y su directorio, integrado por dirigentes mineros de poca o ninguna experiencia ejecutiva o en la Comibol, donde creció una planta burocrática con pocas luces para encarar la reactivación de la minerÃa. Todo ese esquema se mantuvo por varias gestiones y contadas excepciones de ciertas personas que buscaron mejoras en la actividad minera, muy pocos para mover una mole de inefectivos funcionarios.
Este tiempo de transición debe ser aprovechado para "despolitizar" la minerÃa y avanzar, asà sea preliminarmente, en la preparación de una total reestructuración de la Comibol, algo que no se hizo en 10 años, pero que no puede seguir pendiente.
Fuente: Agencia Uru, Medios, PM.
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