Miercoles 29 de enero de 2020
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Editorial y opiniones
Confirmado: Fue una estrategia fallida
29 ene 2020
Fuente: Demetrio Reynolds (*)
Adriana Salvatierra acaba de decirnos que su renuncia fue una decisión coordinada con los estrategas del fracaso, léase Morales y Linera. Ellos dieron la señal para hacer lo que se hizo; por tanto, la sanción que se le aplica, bajo el eufemismo de que "descanse por ahora", es injusta.
Como todo se imitaba al Cmdte. Chávez, aunque ahora ya esté bajo tierra, igual que aquel que volvió a Caracas en 48 horas, así quiso volver a Bolivia, Evo, cual un salvador providencial que apaga fuegos y conmociones sociales; sólo esperaba en México que desde el altiplano se diera la señal. Bolivia estaba ardiendo como Roma bajo los pies de Nerón o viviendo la reedición del Vietnam en los Andes, como vaticinó Juan Ramón, el prisionero de los aztecas en la embajada de La Paz. Por consiguiente, era preciso que alguien pacificara. Ese personaje de película por supuesto que era el jefazo.
Pero nada de eso sucedió. Bolivia no es Venezuela; se equivocaron. Además - deberían saberlo - que las experiencias políticas no se pueden replicar en otra parte, hay factores de orden local. El desconocerlos, genera graves consecuencias, como aquellas que protagonizó el guerrillero de ?ankahuazú. Y también Fidel, cuando quiso reemplazar las balas del "foquismo" con los votos de la democracia instrumentada, y con fraudes de por medio como quiso hacer Evo.
La estrategia fallida consistió en que los cocaleros, los cubanos, los venezolanos y demás mercenarios contratados, debían desencadenar la "guerra civil" o reeditar el Vietnam, apenas se produjera la huida del caudillo. Pero el tiro les salió por la culata, como se dice. Ahora la pobre Adrianita, hecha una chiva expiatoria, está pagando culpas ajenas. Los estrategas, obnubilados por la ambición, son incapaces de aprender las lecciones. Fracasaron por segunda vez; la primera fue el 21F y la segunda en octubre. En ambos casos se prometió ganar con un 70% de votos. El electorado nacional no fue tan tonto como supusieron; al contrario, demostró ser más, mucho más inteligente que ellos.
Fuente: Demetrio Reynolds (*)