La Iglesia Católica, cumpliendo con su misión de buscar la unidad y la paz entre todas las naciones, ha expresado, con motivo de las fiestas de fin de año, mensajes incitando a que todos los hombres transiten por los caminos de la paz y la concordia, evitando los enfrentamientos y las guerras que causan muerte y destrucción. Para el Papa Francisco y las Conferencias Episcopales de todas las naciones, una preocupación grande es buscar que las naciones poderosas y ricas, las que se encuentran inmersas en guerras como es el caso de la guerra desatada contra Siria y que lleva ya mucho tiempo con miles de muertos y heridos.
Mucho se arguye el principio expresado por los armamentistas: "Si quieres la paz, prepárate para la guerra" con miras a conseguir que los países pobres especialmente logren vivir en paz y armonía; pero, no consideran que una de las causas para el reinado de una paz a medias, de una paz incierta y una paz llena de peligros es el estado de pobreza en que viven sus habitantes; no toman en cuenta que el peor enemigo del hombre es vivir en estados de miseria, necesidades, hambre y precarias condiciones de salud; no ven que estos bienes no siempre son alcanzables por naciones que no tienen los medios y, si los tienen, por la acción cómplice de algunos gobernantes, se destinan a la compra de armas y organización de ejércitos.
Transitar por los caminos de la paz, la concordia, la armonía y la unidad sería el ideal especialmente para los países pobres; pero, las condiciones en que viven impiden que esos ideales sean realidad; por otro lado, esos pueblos consideran que podrían alcanzar situaciones ideales de vida siempre que ellos sean los autores de su bienestar, de crear condiciones de tranquilidad y desterrar las guerras y los enfrentamientos tribales que muchas veces causan más muertes que las mismas grandes conflagraciones que asuelan diversos países del mundo, si contaran con posibilidades de crear sus propias riquezas, producir lo que necesitan, administrar lo poco que tengan y puedan vivir con dignidad y sin dependencia alguna de ayudas y "comprensión" de los que más tienen; que no estén angustiados por el mañana de cada mañana y que sus hijos puedan vivir y no simplemente existir, que cuenten con los alimentos y medios para sobrevivir y para superar sus necesidades.
En Bolivia, como todos los países del Tercer Mundo, se tiene conciencia de la urgencia de vivir en paz pero las condiciones políticas, sociales y económicas no siempre permiten ese ideal estado de vida; pero, ahora, recuperadas las libertades y puesta nuevamente en vigencia la democracia, hay esperanza de que efectivamente sea posible el tránsito por los caminos de la paz para alcanzar el desarrollo armónico y sostenido. El gobierno, conjuntamente el pueblo, es consciente de la realidad en que se podría vivir, especialmente si se cuenta con los medios financieros y tecnológicos que permitan crear riqueza para generar empleo y alcanzar condiciones dignas de vida para todos; es, pues, misión de todos alcanzar lo que muchas veces en el cercano pasado no fue posible conseguir con un régimen dictatorial.
Fuente: Armando Mariaca V.
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