Desesperanza y agonía política

La crisis de la política boliviana está entre la desesperanza y la agonía tras saber la decisión de la presidente del Estado Plurinacional, Jeanine Áñez Chávez, quien será candidata a la Presidencia, por la Alianza Juntos, para "unir a la fraccionada derecha boliviana pretendiendo impedir un nuevo triunfo del MAS" en las próximas elecciones generales, lo que motivó también una crisis de su gabinete ministerial.

Al final no se sabe si su decisión, se trata de una ambición personal, falta de madurez política o respuesta a las fuertes presiones partidarias para que postule a la Presidencia en mayo próximo, porque en la fallida elección de octubre de 2019, Oscar Ortiz candidato de su partido el Movimiento Demócrata Social alcanzó difícilmente el 4% de la votación.

La Presidente afirmó una y otra vez que tenía entre sus principales objetivos sólo la convocatoria a elecciones generales y la pacificación del país, pero pudo más la presión de los partidos y líderes políticos de su entorno para que cambie de decisión para confirmar su postulación a la Presidencia del Estado Plurinacional, que es considerado como un acto legal pero no ético.

Sin embargo, la presidente Jeanine Áñez, afirmó en su discurso del 22 de enero, día del Estado Plurinacional: "toda la responsabilidad que nos correspondía ya la hemos cumplido" y dijo que durante las últimas semanas estuvo promoviendo el consenso de los actores políticos para consolidar la democracia y la libertad que respiramos los bolivianos; posición que no fue comprendida para que siga al mando del Estado en el proceso de transición democrática y no se lance a una candidatura, por el único fin de ostentar el poder los próximos cinco años.

Expresando su agradecimiento a todos los estamentos y sectores de la población boliviana, indicando que no dudará un solo momento en seguir recorriendo el camino del consenso y protegiendo la estabilidad que se ha construido y la tranquilidad con la que estamos viviendo. Áñez, prácticamente se despidió el 22 de enero y aseguro que "acabó su tarea como Presidenta Constitucional de Bolivia", empero no medito ni midió las consecuencias políticas, porque ahora no podrá ejercer la función, según lo previsto en el Art. 169 de la Constitución Política del Estado, donde si bien se prevé la sucesión presidencia hasta la instancia de la Presidencia de la Cámara de Senadores o de Diputados, no se aplica una sucesión directa, sino delegada, que no da para ejercer la Presidencia y ser candidato a la Presidencia, lo que supone que Jeanine Áñez, tendrá que renunciar a su investidura, así existan voces constitucionalistas que buscan forzar la duración del mandato hasta la nueva elección.

Se produjo la primera crisis del gabinete de la Presidente Constitucional, Jeanine Áñez, tras la renuncia de su principal colaboradora, Roxana Lizárraga, que ejercía como ministra de Comunicación. Exteriorizó una dura crítica por el accionar del entorno próximo a la Presidenta Áñez y advirtió que se cometen los mismos errores del gobierno de Evo Morales.

Esa renuncia quiere poner de manifiesto que el deseo de poder y dominio se apoderó de la Presidente y de sus más allegados colaboradores, que están embriagados de un poder efímero y pasajero, pero buscando prorrogar un mandato de transición que es la llave para retomar la vida democrática del país, sin altibajos ni sobresaltos. Lamentable lo sucedido, más todavía si el pueblo confió plenamente en su Presidenta, la sinceridad de su compromiso de defender la vida democrática a ultranza y que tenía como objetivo esa única función.

Así la ciudadanía tendrá nuevamente dudas, para asumir defensa de sus derechos democráticos, porque pensará que toda política está basa en mentiras, puesto que el discurso y el accionar de Jeanine Áñez está diametralmente opuesto, porque con los hechos se ha descubierto que el interés político partidario puede más que una decisión ética que es la única seguridad que tenía el pueblo que llevó a cabo la "revolución de las pititas" y ahora vuelve al camino de la frustración.

Ojalá este proceso de transición democrática, no sea aprovechada por unos cuantos que siempre están buscando acomodo, que incluso ejercieron función parlamentaria y dirigencial, sin aportar a la región ni al desarrollo del país, sino que siempre protegieron sus intereses y buscaron el mayor de los beneficios, como ahora la distribución de pegas y ostentar el poder, no importa de donde sea, ni a quien represente, con tal de "vivir bien" en todo tiempo y lugar.

Esperemos que soplen mejores vientos para los tiempos de cambio de la transición democrática que se frustra a los 75 días de una administración de gobierno que resultó exitosa, honesta, sincera, crítica y sobre todo con gran valentía y decisión que le imprimió la presidente Jeanine Áñez, que recién pidió la renuncia de todos sus ministros "por ajuste en el tiempo electoral".

Fuente: Por: Jorge Lazzo Valera