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Los "reyes" del tobogán - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 26 de enero de 2020

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Revista Dominical

Los "reyes" del tobogán

26 ene 2020

Fuente: Por: Dehymar Antezana Periodista de LA PATRIA

� Un grupo de emprendedores de esta actividad decidió reunir a niños de distintos lugares de la ciudad con el objetivo que demuestren su habilidad al momento de bajar a una velocidad de casi 60 kilómetros por hora

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Parece sencillo, sin embargo, realmente el grado de dificultad que se impone en cada viaje, es alto. Sentir la adrenalina a flor de piel les hace vivir como peces en el agua. Así es la experiencia de los ahora denominados "reyes" del tobogán, un grupo de jóvenes y niños que decidieron desafiar al miedo y a la velocidad.

El tobogán del Socavón es un espacio turístico situado al lado Norte del Santuario de la Virgen del Socavón, fue construido en la década del 80 del siglo pasado. Antiguamente ese lugar era rocoso, pero se decidió cambiar su aspecto y darle vida con esa distracción.

Según el periodista Jorge Barrientos Zapata, la construcción del tobogán del Socavón se hizo durante los años de 1985 y 1986. En ese entonces estaba de alcalde Carlos Tórrez Valdivia, quien además fue presidente del Comité Cívico de Oruro.

Luego dejó la tarea para su culminación a Carlos Serrate Borda, quien entró como autoridad edil en 1986 con Acción Democrática Nacionalista (ADN). En el Concejo Municipal, el presidente era el partidario del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Juan Molina.

En aquella época era una atracción central durante la época del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Aún en la mente está cómo gente mayor durante el saludo al Alba, envalentonados por el consumo de agua ardiente, es que decidió desafiar su propio temor para lograr admiración.

Obviamente que es muy distinto resbalar sin ningún elemento adicional que con un pedazo de cartón, un bidón o una botella pet convertida en una especie de asiento para alcanzar velocidades que llegan aproximadamente a los 60 kilómetros por hora.

Jhonny Toledo Morales, Ismael Terán Mamani y Rubén Quispe son un trío de experimentados acróbatas que prácticamente se dedicaron toda su vida a bajar por el tobogán, obviamente que con el transcurrir del tiempo, sufrieron como muchos, fuertes caídas con daños que duraron varios días o semanas, fracturas, luxaciones, hematomas entre otros.

Ahora, son ellos, quienes decidieron formar un grupo y denominarlo los "reyes" del tobogán, agrupando a niños de variada edad que oscilan entre los siete años y jóvenes que superan como si nada los 30 años.

Llegó la época del Carnaval y decidieron practicar una serie de acrobacias, no solo para demostrar su valentía ante sí mismos, sino dejar con la boca abierta y admiración a propios y extraños, quienes con un "ohhhh" entre sus palabras, quedan estupefactos por semejantes saltos, que no cualquiera los haría.

PREPARACIÃ?N

Los niños y jóvenes se reúnen en esta temporada, todas las tardes en el tobogán, allí se preparan para tener una tarde especial, dejando de lado el celular, preocupaciones o simplemente aprovechando la vacación al máximo con mucha diversión.

Ni bien llegan al sector, se alistan colocándose en las posaderas, cartones ya sean doblados de dos o tres hojas, según la habilidad de cada acróbata. Pero no contentos con ello, también se colocan un bidón de aceite, es como ponerle un "turbo" para sus saltos, aumentando de esa manera el peligro al momento de resbalar.

Esos implementos son asegurados con cuerdas plásticas entre los muslos y la sentadera. Una vez que todo está muy bien asegurado, comienza el ascenso en fila, aquella travesía se lo hace por el lado derecho del tobogán con vista al Noroeste. Ese camino no es tan fácil, porque se lo hace por medio de rocas y camino muy complicado.

La agilidad que predomina en ellos, esa escalada les lleva menos de cinco minutos. Ya en la cima, escuchan las palabras de sus instructores, quienes les orientan cómo deben descender, con los brazos abiertos, con seguridad, tomando más impulso en la segunda bajada, para evitar el desequilibrio y los accidentes.

Aunque si bien, pueden sortearse ese tipo de obstáculos, lo más duro es la frenada, ya que como la velocidad es realmente alta, muchas veces el grado de dificultad para frenar se hace tortuoso por muchos motivos, entre ellos, no tener un buen zapato o zapatilla deportiva con base de goma para frenar sobre el cemento o no tener la habilidad de levantarse de pie antes de que termine la pista.

En los ensayos se los vio volar después de la pista del cemento y estrellarse duramente con el final del tobogán, que por cierto, es también de cemento, que de no hacerlo de buena manera puede ocasionar como si nada fracturas e incluso la muerte, por si la caída termina de cabeza.

Aunque estos niños y jóvenes conocedores de sus habilidades y experimentados en los descensos, se dieron modos para aterrizar con estilo.

EL EQUIPO

Jhonny Toledo es el encargado y organizador del club "reyes" del tobogán, indicó que él desde muy pequeño (12 años) empezó a resbalar. Ahora que tiene bastante experiencia, enseña a los pequeños a saltar. Asimismo, se convirtió en el padrino del equipo por la dotación de implementos a los niños y jóvenes que serán parte de las demostraciones dominicales.

Por su parte, quien es el otro encargado e instructor del club, señaló que los integrantes son niños que viven en la zona del Socavón y hay otros que llegan desde Huajara para ser parte de esta aventura.

"Somos cuatro antiguos que estamos organizando. El domingo anterior resbalamos y como nos vieron algunos niños, nos pidieron unirse al equipo. Hemos abierto las puertas a niños y niñas", dijo.

En relación a la seguridad de los participantes, afirmó que se envió una carta a la Asistencia Pública para que les puedan colaborar en el caso de que exista algún accidentado. Hasta el día que se hizo la entrevista, resaltó que no haya un solo accidentado, porque lo que se hace énfasis es en el frenado, la parte más peligrosa de la resbalada.

Rubén Quispe contó que su pasión por el tobogán tiene 20 años y se inició con sus amigos de barrio del Socavón. Fue con ellos que se dio la innovación de poner varios grados de dificultad a las bajadas, es decir, que no era solo como un "resbalín" normal, sino que ellos ya se ponían obstáculos "humanos" para que los descensos sean más espectaculares.

"Me alegra que se recupere la tradición de los saltadores, con ese entusiasmo. Es riesgoso saltar de aquí, una vez salté y terminé en el hospital, el riesgo es del que salta como de quien se pone de obstáculo. Por eso el impulso es vital, lo importante es divertirse y divertir a la gente", manifestó.

Asimismo, dijo que no solo se dedican a resbalar, sino también es una forma de confraternizar entre niños de distintos lugares de la ciudad, por eso, es que entre ellos, se ponen una mínima cuota para comprar un refresco y pan, para compartir.

"Lo más lindo es la adrenalina de no tener miedo cuando saltas", añadió.

ACRÃ?BATA

Uno de los niños experimentados es José Campos Taquichiri, tiene 14 años y una de sus especialidades es el freno.

Explicó que para frenar lo que se debe hacer es colocar uno de los pies hacia adelante, mientras que el otro debe estar doblado y casi pegado hacia el cuerpo.

Mientras que el cuerpo debe estar inclinado hacia atrás al igual que las manos, situación que permite disminuir la velocidad. Recomendó que la base de las zapatillas deportivas o de los zapatos, sean siempre de goma, porque cuando son de plástico el impulso es mayor.

"Cuando resbalo siento una inspiración que me emociona", afirmó.

Otro de los niños, Cristopher Omar Guzmán Taquichiri, indicó con emoción que cuando resbala siente como si su mamá lo protegiera, ya que ella lo llevó al tobogán desde cuando era bebé.

"Me gusta la velocidad y me gusta resbalar desde que tenía tres años. Alguna vez me accidenté y me lastimé el bracito", resaltó.

En el grupo también hay niñas que al igual que los varones saltan con bastante soltura para llegar a destino sin lastimarse. Una de ellas es Jhanet Nina Alca, quien no se queda atrás y a sus 11 años, ya es toda una experta en esta distracción.

"Me gusta porque resbalar es divertido, siento que estoy volando", subrayó.

RETOS

Los niños se ponen retos que pasan el límite de lo impensado, pero ello, solo se puede apreciar cuando se está en el lugar, escuchando el ruido del bidón que raspa con el cemento y ocasionalmente el grito del acróbata. Lo que sí se puede percibir en forma constante son los gritos de aliento de los instructores y también del público que admira la valentía de los infantes.

Este domingo, ofrecerán un espectáculo a la ciudadanía desde las 16:00 horas, para ello invitaron a todos para que se hagan presentes en ese lugar mítico para los orureños, el Tobogán del Socavón.

Fuente: Por: Dehymar Antezana Periodista de LA PATRIA
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