Cruel final

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Con un cuchillo de cocina, una mujer de 22 años oriunda de una comunidad de la provincia Cornelio Saavedra de Potosí, mató a sangre fría a sus dos pequeños hijos, el mayor, de un año y seis meses, mientras el menor solo tenía cuatro meses de nacido, para luego hacer desaparecer los cuerpos desde el 29 de diciembre.

Agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Potosí, encontraron los cuerpos después de 25 días, al interior de una cloaca. Los agentes rescataron los cadáveres en estado de descomposición de un drenaje cercano al botadero de basura de la capital potosina, informó el jefe de esa dirección policial, coronel Limbert Choque.

Del actuado legal también participó el personal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) de aquella región.

MUERTE

Fue el progenitor de ambos menores, quién reportó la desaparición de sus hijos. El sujeto atravesaba por problemas conyugales con la madre de los niños. No se descarta que la mujer sea una psicópata por la forma como mató a sus hijos.

"Vamos a solicitar un estudio psicológico para descartar o corroborar esa hipótesis. Es el delito más cruel y macabro de este año", indicó el jefe policial, visiblemente consternado al ver los cadáveres de los niños apuñalados.

La mujer fue aprehendida inmediatamente después de confesar el macabro crimen, a un principio se resistió y se acogió a su derecho al silencio. Tuvo que ser la cuñada, quien la presionó para que devele el lugar donde había ocultado los cadáveres.

FISCALIA

El Ministerio Público de Potosí imputará a la madre de 22 años por el delito de doble infanticidio, ya que la misma fue aprehendida y se encuentra prestando declaraciones en la actualidad.

De acuerdo con el informe médico legal del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), el menor de un año y medio presenta heridas punzocortantes en el pecho con signos de asfixia por obstrucción de las vías respiratorias y el bebé murió degollado (corte profundo en el cuello), ambos cuerpos estaban desnudos a la hora del hallazgo.

Fuente: EL DEBER