En los últimos años, varias personas me comentaron el temor de ver Bolivia convertida en una Venezuela, mi inmediata respuesta era: "a mà me da miedo convertirnos en otra Nicaragua, la de Ortega, que gobierna con garrote armado, donde la represión acumuló hasta diciembre pasado 561 muertos, 4578 heridos y 1336 secuestros por los grupos paramilitares".
En la actualidad, Nicaragua se ve sumida en la represión a cuanta protesta surge reclamando derechos y democracia; Ortega y su esposa están próximos a cumplir doce años en el poder de manera continua y al parecer encontraron en las milicias armadas, el "mecanismo" para seguir por muchos años más.
Tampoco habrá que olvidar la sentencia que nos dio Morales en noviembre pasado, cuando vÃa telefónica instruÃa: "Hermano, que no entre comida a las ciudades, vamos a bloquear, cerco de verdadÂ?", hecho calificado como delito de lesa humanidad y terrorismo.
Bajo la lógica machista despechada de Morales, podrÃamos entender sus palabras "Si Bolivia no es mÃa por las buenas será por las malas, y si no es para mÃ, no será para nadie". Hoy nos amenaza que su retorno serÃa de la mano de milicias armadas, opción para que vuelva a sentarse en el que cree es su trono, Morales está dispuesto a todo por volver a Bolivia y detentar el poder.
Culminando esta reflexión nos viene la duda ¿será que los masistas que se quedaron en territorio boliviano dando el pecho a la arremetida por los errores de sus lÃderes, estarán dispuestos que el MAS pase a la historia como el grupo armado irregular, represor de la voluntad del pueblo a bala y garrote?
El MAS y su militancia ingresan a un laberinto, solo de ellos depende el camino a seguir para su salida.
Es Periodista
Twitter: @alfredozaconeta
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