Viernes 16 de marzo de 2012
ver hoy
La problemática educativa que venimos sopesando, carente de valores, sumido en el materialismo, en la mediocridad técnico-pedagógica de algunos docentes, en el abandono de los padres de familia para con sus hijos y la desmesurada excusa de todos los actores educativos, como el de la supuesta crisis económica de muchos docentes que se dedican a otros rubros al margen de lo educativo, rubros que de alguna manera les generan ingresos que satisfacen sus nuevas y modernas necesidades que la globalización nos ha impuesto, por ende descuidando su preparación técnico-pedagógica y gracias a la suma de factores negativos son prejuzgados el conjunto del estamento docente.
Ante esta problemática no es solución institucionalizar a nuevos Directores de Unidades Educativas de forma maratónica y con nóminas preestablecidas afines al partido de turno, puesto que se seguirá cosechando las semillas prodigadas con Ley 1565 y de otras políticas mediocremente direccionadas.
La solución pasa por revalorizar a los docentes, pasa por generar políticas educativas que puedan ser operativizadas, pasa por un cambio conductual de los estudiantes que son sobreprotegidos por tantísimas entidades, que al margen de cooperar obstaculizan el trabajo docente y al final pasa porque para que exista una verdadera revolución educativa tendríamos que nacer de nuevo, con una mentalidad de visión hacia el futuro.