Presidente argentino fuera de tono

Parecería un error señalar que el Presidente argentino está fuera de tono, sin embargo, observadores políticos en el país vecino, mencionaron tal frase para referirse al "talante" de Alberto Fernández, el mandatario rioplatense que salió de su aparente paciencia, ante las "agresivas" declaraciones del asilado político boliviano, que huyó de su país abandonando la responsabilidad de gobernabilidad que ostentaba hasta que le destaparon un inaudito fraude.

Pero consecuencia más que amistad, con una figura política en parte de la región sudaméricana, hace que el rioplatense le otorgue asilo político al renunciante político boliviano, inicialmente sin restricciones y más bien con amplia garantía de movilización en la bella capital bonaerense. Un asunto mal entendido por el alojado que salió disparando dardos políticos desde su enorme terreno de alojado, llamando a la conspiración en Bolivia, pero además proponiendo la conformación de milicias armadas�?al estilo de Venezuela.

Esas abruptas opiniones, vertidas "como Pedro por su casa" olvidando su condición de alojado político, rebasó la paciencia del benefactor obligado a poner el freno de mano a la tarea partidaria del político que diariamente acumula denuncias por el mal uso de los bienes del Estado boliviano y que revela a mucha gente de su entorno, comprometida en millonarios negociados que más tarde o más temprano, tendrán que ser esclarecidos.

La situación tomará otro giro con el pedido de diputados argentinos que han presentado un proyecto de resolución ante su Congreso pidiendo que se niegue la solicitud de refugio al expresidente de Bolivia. Los parlamentarios criticaron la permisibilidad de la que abusó el asilado con la venia del Presidente Fernández que se vio obligado a limitar el libertinaje de Morales.

La errónea posición del Presidente argentino sobre la situación del Gobierno boliviano de transición, tras el abandono de funciones y la huida de los mandatarios, es la prueba que desmiente un "golpe de estado" y peor aún "una dictadura", de la que más bien salió Bolivia, gracias a la resistencia popular que entre otras cosas rechazó el fraude electoral de los "prorroguistas". En algún momento tendrá que imponerse la racionalidad, pues dos países hermanos y vecinos no pueden ser parte de una "figura políticamente utópica" arrastrada del norte sudamericano.

Argentina está atravesando por una situación interna sumamente compleja, con un gobierno que no se consolida plenamente y con una serie de altibajos que ponen en riesgo sus relaciones internacionales, al priorizar posiciones de ordenamiento sectario que diariamente se complican y van restando credibilidad en un proceso que va perdiendo su condición democrática y de respeto a las leyes y los derechos colectivos.

Sea como fuese, se trata de problemas internos de cada país, sin embargo en el caso de un asilado boliviano en la Argentina, merece un tratamiento especial, toda vez que declaraciones públicas, muestran una abierta convocatoria al desorden y la violencia en nuestro país. Algo que el Gobierno vecino no puede admitir por las peligrosas connotaciones contra la seguridad nacional.