Las expresiones burdas y descontroladas de estas personas, aprovechan la relación del Poder y Estado, hacen el agravio sin medir consecuencias y daños fratricidas a futuro en las recientes generaciones.
Los valores ancestrales de nuestra cultura, como la simple trilogÃa inca de: ama suwa (no seas ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama qhilla (no seas holgazán) regulaba a la perfección el normal funcionamiento de un Estado en sociedad multicultural en todo los campos (religioso, polÃtico, económico, jurÃdico, artÃstico y tecnológico); Josef Esterman nos decÃa que, hoy en dÃa hacer agravios contra este tipo de valores, sólo es una simple transgresión a la moral y no tiene ningún efecto en lo jurÃdico para ser sancionada.
De acuerdo a Augusto Ochoa, la ciencia que estudia los valores del hombre en la cultura se llama "axiologÃa"; ciencia que da diferencia a los significados y aplicaciones de las cosas del quehacer humano.
Estos valores transmitidos por medio de la enculturación, son las pautas y códigos que regulan el funcionamiento de todas las culturas y sociedades. La escuela funcionalista de antropologÃa social planteaba que todas las culturas y sociedades eran entidades anatómicas supra-biológicas con sistemas funcionales, asà cada entidad es un órgano vivo y obedece a un sistema colectivo institucional.
El sistema funcional social se ha ido equiparando al igual que a la anatomÃa funcional de sistemas del cuerpo humano. Alfred Radcliffe-Brawn decÃa que, si uno de los órganos funcionales tenÃa malestar, pues afectaba a todo el conjunto del cuerpo; p.e. si el sistema respiratorio está enfermo afecta a todo el cuerpo humano, lo mismo pasarÃa con el sistema respiratorio, el sistema digestivo, etc.
En la cultura pasa lo mismo, una entidad funcional carente de valores afectarÃa al sistema de vida en el conjunto de la sociedad. La práctica de antivalores hacia el otro genera ese tipo de malestares y que a lo posterior traerÃa consigo al igual que una enfermedad biológica -la muerte- del conjunto social colectivo.
El odio desenfrenado al otro, el rencor suprimido, la envidia por el bien ajeno y la venganza por el agravio recibido, son antivalores deshumanizadores que dejan a la persona sin alma.
A lo largo de la historia se ha visto registrado con este tipo de accionares a grandes personajes perderse en la nebulosa; casi en todos los hechos, estas personas pierden el curso de sus vidas y no tienen un horizonte para el bien de su sociedad, sólo viven el momento existencial para sÃ, sin importarle lo que pasó ni lo que pasará a futuro.
En la mayorÃa de los casos, el uso del poder polÃtico y económico es la determinante para que este tipo de personas sucumban en un abismo deshumanizador. Por la experiencia personal que tuve, casi siempre estas personas se victimizan y no reconocen sus errores, -los otros son culpables y ellos no-, y por culpa de ello actúan de esa manera.
(*) Antropólogo, Doctorante de la Universidad de Madrid (España). E-mail: santicondaz@hotmail.com
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