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Viernes 17 de enero de 2020

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Perspectiva Minera

Sistema metalúrgico del país necesita apoyo privilegiado

17 ene 2020

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El sistema metalúrgico del país tie su mayor fortaleza en la Empresa Nacional de Fundiciones, tal como se la conoció internacionalmente desde que comenzó a operar en la década de los 70, gracias a un importante financiamiento externo que habilitó la empresa para fundir los concentrados de estaño que producían las minas estatales, las cooperativas y algunas privadas, lo que permitió establecer un importante comercio exportador de lingotes de estaño, producto que por su calidad ha sido siempre muy requerido en grandes transnacionales industriales.

El estaño metálico boliviano, único mineral transformado en metálico y que gana en valor agregado, es parte de los cupos que se asignaron desde enormes fundiciones internacionales que mueven la gran industria mundial, de ahí que la modesta fundición estatal boliviana, debe mejorar constantemente su volumen de producción y naturalmente mantener su alta calidad de 99.95 %.

En los últimos años y con fuerte inversión externa y generada desde el Gobierno se logró modernizar la fundición habilitando el moderno horno Ausmelt para mejorar el tonelaje de producción de los lingotes de fino estaño.

Según una reciente apreciación técnica, el horno Ausmelt funciona con algunas restricciones, especialmente generadas por la falta de una adecuada provisión de concentrados, materia prima que declina en los centros mineros, pero de manera especial en Huanuni, el principal productor de estaño.

Hay que recordar que desde el Banco Central de Bolivia, BCB, en más de una ocasión se dispusieron recursos para impulsar el funcionamiento de Vinto, incluso un soporte especial para la compra de concentrados y el pago de una deuda pendiente por esa razón con la mina de Huanuni. La mayor inversión para la instalación del horno Ausmelt fue de 50 millones de $us, con la visión de que se aumentaría la producción hasta un tope de 18 mil toneladas, cantidad que no se registró hasta el presente, tomando en cuenta que uno de los últimos informes señala una producción del Ausmelt sólo de 11.368 toneladas (2018). Se espera que el actual Gobierno tome algunas medidas de emergencia para comenzar un proceso de reestructuración en la fundición.

En cuanto corresponde a la fundición de Karachipampa, parece que "su pecado original" corresponde a su construcción a partir de promesas políticas, en las que por supuesto no se consideraron factores de provisión de materia prima, costos de operación, fuera de la millonaria inversión tecnológica que en su momento no pudo mostrar las bondades de un proyecto rentable. En ese sentido la fundición de plomo y plata, se convirtió en el "elefante blanco" de la metalurgia nacional. A la fecha se menciona la posibilidad de algunos ajustes con más inversiones para habilitar el horno Kivcet que aún no tiene registro sostenido de producción. En esas condiciones el panorama del sistema metalúrgico del país es poco halagüeño, para avanzar hacia la anhelada industrialización de nuestra minería.

El toque final, corresponde a fallida instalación de la fundición de zinc en Oruro, proyecto muy promocionado en el régimen pasado que incluso aseguraba una inversión inicial de 250MM de $us para su emplazamiento en predios del complejo metalúrgico de Vinto. Fue otro "canto de sirena" en el multiplicado concierto del Mandatario y su ministro de minería.

Definiendo una política minera renovadora, es posible que se prioricen ciertas necesidades de nuestra minería, fortaleciéndola para cubrir en el futuro, el desarrollo sostenible de la Nación. Medios.

Agencias. PM.

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