Para escribir este corto artÃculo, tomé como referencia mi experiencia personal y algunos casos que observé a lo largo de estos años, sobre la actitud déspota y dominante de ciertos funcionarios que asumieron de momento cargos jerárquicos en instituciones públicas y también privadas. En mi reciente experiencia de una institución pública del Estado, vi a un nobel ingeniero posesionarse como Director y Supervisor de Proyectos del Municipio, que al poco tiempo de asumir el cargo cambió su actitud hacia los "otros"; ya bien instalado en su oficina, él joven director asumió patrones de conducta de superioridad y subalternidad hacia los demás técnicos trabajadores de su departamento y más peor hacia la población beneficiaria de los proyectos. Recuerdo bien el dÃa de su posesión porque estuve ahà presente, cuando mi persona realizaba la gestión y valoración final de un proyecto que ya estaba en curso con el anterior encargado de esta sección. El reciente encargado de proyectos, ya se creÃa todo un Gerente Ejecutivo, daba órdenes a la de un déspota y autoritario hacia los demás; como se dirÃa en términos criollo-populares, -al chico se le subió los humos-. Lo más paradójico que observé en este caso, es que al pasar unos cuantos meses, esta persona estaba fuera del cargo y sus aires de grandeza también habÃan desaparecido, porque me encontré con él en la calle y lo saludé cordialmente, él con una actitud sumisa y nostálgica me dio la mano, aducÃa su retiro del cargo por cuestiones polÃticas coyunturales.
Leer más
Este tipo de casos se han dado en diferentes instituciones sean públicas o privadas, como ser las entidades financieras donde sus Gerentes ejecutivos constantemente son removidas, cambiadas y retiradas de sus funciones; pero lo más visible es en las reparticiones públicas del Estado, como ser el magisterio: el Director de un establecimiento educativo, terminada su gestión vuelve a ser maestro de aula; lo mismo pasa con el Director Distrital o Departamental que culminada su gestión vuelven a sus anteriores funciones. Lo mismo ocurre en los cargos jerárquicos de la salud en el Sedes, en el TED, en el INRA, en los Tribunales de Justicia, en los Juzgados, etc. Todos estos cargos jerárquicos son pasajeros y de momento; bajo esa premisa, el servidor público debe tener el firme compromiso de servir a sus ciudadanos de la mejor manera posible durante su estadÃa; y no asà con conductas asimétricas de subalternidad realizando abusos de autoridad atropellando a los sanos intereses del ciudadano y la población a la que pertenece. El cargo jerárquico en estas instituciones no es eterno, tampoco las instituciones son estacionarias, más al contrario, son muy dinámicas que están en constante cambio y renovación; asà como dice un antiguo adagio: "Todo lo que sube tiene que bajar", y precisamente ocurre eso en estos contextos institucionales, las frases de: "las personas pasan y las instituciones quedan" o "la historia juzgará nuestros hechos" deben ser parte esencial para todos nuestros accionares al momento de asumir un cargo jerárquico.
Para entender este fenómeno sociológico de patrón dominante en la conducta de un ejecutivo, debemos comprender la noción de subalternidad, propuesto por Antonio Gramsci en relación con sus reflexiones teóricas sobre la hegemonÃa del poder en sus "Cuadernos de la Cárcel", cuyo afán de Gramsci, fue la de encontrar un correlato conceptual de la alienación en el terreno superestructural, el equivalente socio-polÃtico en el plano de la dominación de lo que ésta indica en el plano socio-económico: el despojo relativo de la calidad subjetiva por medio de la subordinación. Estos dos planos son los que determinan la acción subordinante de un grupo de élite hacia el "otro" convertido en subalterno totalmente dependiente. La noción de subalternidad, históricamente surge a partir de las teorÃas de Marx, para dar cuenta de la condición subjetiva de subordinación en el contexto de la dominación capitalista, pese a que Marx nunca usó este concepto; Gramsci replantea y refuerza esta noción teórica para entender el alcance de las relaciones de poder de la clase dominante y la asimilación de la subordinación de la otra clase determinadas por el accionar de los dos planos: el del poder polÃtico y la dinámica socio-económica institucional. El accionar del joven ejecutivo que narré en el primer párrafo, tiene mucho que ver su comportamiento dentro de estos esquemas teórico - conceptuales de la subalternidad subjetiva, las relaciones de poder y dominación al "otro" en nuestro medio real, es sólo "un espejismo eurocéntrico" heredado del mundo capitalista.