Nuevo año de esperanza para la minería nacional

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Muchos años, los bolivianos vivimos esperanzados en que "este será el año para reactivar la minería" y como en el caso presente, el resultado es tan desolador al comprobar que en más de una década no se habilitó ni un solo proyecto minero bajo tuición de la Comibol, dándole la importancia (supuesta) a la aplicación o el desarrollo de un nuevo proyecto minero.

En el sector de la minería estatal y utilizando ridículos fondos en las secretarías departamentales de minería, se realizan algunos intentos para prospectar y explorar nuevos yacimientos, pero los resultados no han sido favorables y los pocos recursos del porcentaje de regalías, son tan exiguos que ni siquiera cubren el viático de transporte de los encargados de explorar nuevos yacimientos. En tales condiciones es realmente risible pensar en una nueva minería.

Para mucha gente el asunto minero es sumamente complejo y, en verdad así se observa la situación, cuando tampoco funcionan las normativas para garantizar inversiones, para facilitar exploraciones y en su caso disponer condiciones para encarar buenos proyectos mineros. Es que la Ley 535 de minería después de cuatro años de su promulgación carece de reglamento y de una escala tributaria apropiada a la realidad, en este caso del rubro minero. Sin normas de garantía, sin relación de impuestos y de incentivos, la desactualizada Ley, carece de valor para encarar con urgencia, por ejemplo la "reestructuración" de la Comibol, la aprobación de una política minera nacional y el impulso garantizado a inversiones nacionales y extranjeras

Todo el tiempo pasado, es tiempo perdido, por lo mismo irrecuperable y en minería es un atentado a los intereses del país, responsabilidad directa de las autoridades de minería, que en mucho tiempo sólo hablaron y no concretaron ni un "mediano" proyecto minero, excluyendo de la apreciación los casos del litio y el hierro, que para los fines de evaluación, tampoco están certificados.

Este año, de principio no permitirá sorpresas, habrá que esperar la instalación de un nuevo gobierno para reclamar atención a la minería, mientras tanto por lo menos que se disponga la habilitación del ingenio Lucianita en Huanuni, un funcionamiento más regular de Karachipampa y se comience la instalación de la fundición de zinc en Oruro, es poco lo que se plantea, pero algo es algo.