Cierre de gestión

Así de simple, sucede cada año y al termino del mismo, el obligado cierre de gestión, un proceso que según las circunstancias puede ser ampliado en la medida de algunas necesidades explicativas o a la inversa puede ser simplificado de tal modo que sólo reseñe, intereses particularizados, con lo que se satisfacen ciertas expectativas, pero generalmente se dejan muchas dudas.

En todos los niveles de actividad, ejecutivos, directores y jefes de sección, además de algunos funcionarios responsables se obligan a preparar un informe de actividades, tratando de que sea lo más real, concreto y evidente, pues se trata de una memoria de lo que se hizo bien o mal en todo el año, abriendo la posibilidad de corregir o enmendar errores, replantear soluciones en proyectos inconclusos y aparte emitir un paquete renovado de ideas para acometer la siguiente gestión que comienza luego. En realidad ese es el sentido de un cierre de gestión.

De la mayoría de hechos públicos la ciudadanía está enterada a través de los medios de comunicación y las redes sociales, de modo que sólo que hechos muy bien guardados por su incidencia negativa son reservados, hasta que salte la verdad, se imponga la razón, se denuncien actos irregulares y a sus protagonistas, tiempo real en el que deben aplicarse las medidas que correspondan a determinado hecho, muy grave si altera la seguridad, la imagen del Gobierno en funciones y la honorabilidad de la Nación.

Un cierre de gestión permite conocer información reservada, siempre y cuando los responsables de informar cumplan su función de servicio a la comunidad y no sean proclives a exautoridades o "jefes entrañables" que arrastran problemas del pasado y se añaden denuncias del presente, consignando daño al Estado, a su economía y por su supuesto al derecho ciudadano.

Muchas cosas han ocurrido en el país, con un cambio obligado en la presente gestión que termina, y es que no sólo se trata de un año calendario que se va, se trata de gobernantes que se fueron, abandonaron el país reconociendo el fraude electoral que realizaron y se alojaron bajo el techo de la vecindad, más amiga y propicia para ellos que para los intereses nacionales. Un cierre de gestión azaroso para la colectividad y doloroso para sus protagonistas.

El cierre de gestión del Gobierno de Transición, seguramente será muy reducido, explícito y ratificatorio de los fines de alcanzar en el más breve tiempo posible la realización de nuevas elecciones, para dotar al país de sus autoridades democráticamente electas, bajo las mayores condiciones de seguridad, de modo que no exista el menor signo de fraudulenta contaminación

Sin lugar a dudas, el que hemos denominado "entuerto diplomático", como coinciden algunos políticos, es el resultado del movimiento de "indecorosas" acciones producidas en el "bajo fondo" de embajadas comprometidas con lineamientos políticos extremistas, que han sentido la reivindicación boliviana y el retorno del país a la democracia. Pero además se muestra claramente, el cumplimiento de instrucciones "superiores para salvar" a comprometidas exautoridades del régimen acabado al Estado y sus leyes.

En otras instancias funcionará el cierre de gestión y mayormente constituirá un examen de conciencia de todo lo hecho en el año que termina y un paso esperanzador de lo que pueda iniciarse, avanzar y consolidarse el 2020.