En el plan salvador de Dios, además de Jesús y de MarÃa, José es una figura esencial sin la que no se habrÃa dado la redención de Jesús. Dios encomendó a José la gran responsabilidad y el privilegio de ser el esposo virginal de la Virgen MarÃa y el padre adoptivo del Niño Jesús. Las principales fuentes para conocer la vida son los evangelios de Mateo y de Lucas y en grado menor los evangelios de Marcos y de Lucas.
Pero además hay otros documentos, denominados comúnmente apócrifos, que debidamente analizados permiten completar la vida de San José. Entre ellos el más importante es el llamado "Protoevangelio de Santiago", cuyo origen se remonta al siglo II. Aunque no está reconocido oficialmente como libro bÃblico, ha servido para completar datos complementarios de los cuatro evangelios mencionados. Aquà expondremos algunos puntos referentes sobre todo al nacimiento y a la infancia de la Virgen MarÃa y también a la historia del mismo José.
El Protoevangelio narra cómo MarÃa era hija de JoaquÃn y Ana, personas judÃas virtuosas, ya mayores que no habÃan podido tener hijos, por lo que estaban muy afligidos y pedÃan a Dios remediar su infertilidad. Finalmente Dios escuchó sus plegarias y Ana dio a luz a una hermosa niña. Considerando que era un regalo divino, al cumplir tres años sus padres decidieron llevarla al Templo de Jerusalén para que viviera allà y pudiera aprender los oficios propios de las mujeres que allà vivÃan, realizando tareas femeninas, incluyendo el bordado de olas túnicas sagradas y el cuidado y ornamentación de los diferentes lugares de culto. La Iglesia Católica celebra el dÃa 27 de noviembre la presentación de la niñita MarÃa en el Templo, que en la iconografÃa viene presentada subiendo con dificultad las gradas de entrada al Templo.
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El Protoevangelio narra cómo MarÃa era hija de JoaquÃn y Ana, personas judÃas virtuosas, ya mayores que no habÃan podido tener hijos, por lo que estaban muy afligidos y pedÃan a Dios remediar su infertilidad. Finalmente Dios escuchó sus plegarias y Ana dio a luz a una hermosa niña. Considerando que era un regalo divino, al cumplir tres años sus padres decidieron llevarla al Templo de Jerusalén para que viviera allà y pudiera aprender los oficios propios de las mujeres que allà vivÃan, realizando tareas femeninas, incluyendo el bordado de olas túnicas sagradas y el cuidado y ornamentación de los diferentes lugares de culto. La Iglesia Católica celebra el dÃa 27 de noviembre la presentación de la niñita MarÃa en el Templo, que en la iconografÃa viene presentada subiendo con dificultad las gradas de entrada al Templo.
MarÃa fue acogida maternalmente por otras mujeres ya menopáusicas. Allà transcurrió su infancia y el inicio de su adolescencia, escuchando y aprendiendo los salmos rituales hebreos que rezaban los sacerdotes todos los dÃas y que ella aprenderÃa de memoria. Esto fue un gran privilegio, ya que normalmente las mujeres judÃas no iban con frecuencia al Templo porque su tarea más importante consistÃa en cuidar a sus esposos y sus hijos.
En el caso de MarÃa, al llegar a los doce años los sacerdotes se reunieron y convinieron en que ella no podrÃa permanecer en el santuario para no mancillarlo con las reglas de la menstruación, tal como se prescribÃa en el libro LevÃtico (15,19). Por ello, para tomar una decisión al respecto convocaron a ZacarÃas sacerdote principal, quien después de orar tuvo la aparición del ángel de Dios quien le ordenó buscar y dar un esposo a MarÃa para lo cual debÃa convocar a los viudos del pueblo trayendo cada uno una vara. Entre ellos también llegó José.
Entonces ZacarÃas recogió las varas de los convocados y entró en el Templo a orar para que Dios le mostrase su voluntad. Al devolver las varas a sus respectivos dueños, la última pertenecÃa a José y de ella salió una paloma que se puso a volar sobre su cabeza. Entonces el sacerdote le dijo: "A ti te ha tocado recibir bajo tu custodia a la Virgen del Señor".
José se resistió diciendo: "Yo ya tengo hijos y soy viejo, mientras que ella es una niña; no quisiera ser objeto de risa por parte de los hijos de Israel". Pero ZacarÃas le repuso: "Teme al Señor, tu Dios y ten presente lo que hizo con Datán, Abirón y Coré; cómo se abrió la tierra y fueron sepultados por ser rebeldes". Entonces José recibió a la doncella MarÃa, desposándose con ella y dejándola en la casa de Nazaret al cuidado de Dios, mientras él siguió trabajando en las construcciones que como carpintero realizaba en diversos lugares.
Más tarde MarÃa fue también convocada a ir al Templo de Jerusalén para recibir del Sacerdote ZacarÃas el encargo de bordar con púrpura auténtica las vestiduras sagradas. Una vez terminado el bordado MarÃa volvió a Nazaret. AllÃ, tal como narra el evangelio de Lucas (1,21-38), el ángel de Dios le anunció que el Señor la habÃa elegido y que ella concebirÃa un hijo por la palabra de Dios. MarÃa quedó perpleja y preguntó al ángel si darÃa a luz como las demás mujeres. A lo que el ángel le indicó que no serÃa de esa manera sino que la EnergÃa del Señor le cubrirÃa con su sombra: "Por ello el fruto que nacerá de ti será llamado Hijo del AltÃsimo. Tú le pondrás por nombre Jesús, porque Ã?l salvará al pueblo de sus pecados". MarÃa respondió "Hágase en mà según tu palabra".
Al terminar de bordar los mantos sagrados que le habÃan encargado, MarÃa fue a Jerusalén a llevarlos al Sacerdote quien exclamó: "MarÃa serás bendecida en todas la generaciones de la tierra". Llena de alegrÃa marchó a visitar a su pariente Isabel, esposa del sacerdote ZacarÃas. Ella también estaba bordando y al ver a MarÃa la bendijo exclamando: "De dónde a mà que la madre de mi Señor venga a visitarme. El fruto que llevó en mi seno se ha puesto a saltar dentro de mà para bendecirte". MarÃa permaneció con Isabel tres meses y luego regresó a Nazaret.
Al llegar al sexto mes del embarazo de MarÃa, José volvió de sus trabajos y al ver que ella estaba encinta se echó en tierra y lloró amargamente, culpándose de haber dejado sola a MarÃa quien habrÃa sido violada. En su aflicción José se comparó con Adán quien también dejó sola a Eva quien fue engañada por la serpiente. El esposo José reprochó a la esposa MarÃa por haberse dejado engañar. Pero ella lo negó todo y lloró amargamente diciendo: "Pura soy y no conozco varón", José siguió lamentándose sin saber qué hacer.
En esta incertidumbre un ángel se le apareció en sueños a José indicándole que no desconfiase de su esposa, porque lo que llevaba en sus entrañas era fruto del EspÃritu Santo. "Ella dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús porque salvará a su pueblo de sus pecados". José, una vez despertado, se levantó y glorificó al Dios de Israel por haberle concedido tal gracia y siguió protegiendo y guardando a MarÃa, hasta que ella dio a luz al Salvador en Belén de Judá. (Proseguirá).