La diplomacia externa nos mantiene en incertidumbre

Es increíble que en nuestro país, sólo por ciertas afinidades político ideológicas de los mandatarios renunciantes y que abandonaron el puesto del deber ante un comprobado y calamitoso fraude, para asilarse o refugiarse en legaciones externas y desde las mismas mantener "cadenas" internas, generando riesgo, malestar y peligro general en nuestra población, propiamente con una especie de Vo.Bo. para desplegar mensajes que estuvieron a punto de crear un desastre en la zona de Senkata en La Paz.

De ese paseo por la embajada mexicana, los conflictivos ex mandatarios buscaron acomodo en el extremo sur de nuestro continente y también con "salve y pase" del mandatario recientemente posesionado, los bolivianos se han dado libertades tan especiales, como las de convocar marchas, dirigir reuniones y hasta plantear cierto tipo de amenazas, contra los recintos diplomáticos bolivianos en ciudades del vecino país, donde se anticipa una "concentración política" para el fin de semana con participación según el presidente renunciante, de miles de "masistas" que definirán la elección de un binomio nacional para la próxima elección.

Según las autoridades oficiales de Argentina, el ex presidente renunciante, estaría investido de una "capa diplomática" que no altera sus actividades, aunque las mismas pueden tornarse muy peligrosas y complicar a muchos argentinos, además de miles de bolivianos que no están en el esquema de continuismo que caprichosamente promueve, un exdirigente político que ha quedado en sitio de la incertidumbre generalizada.

El peligro de la concentración anunciada y tal parece autorizada, radica en los enfrentamientos que promoverán, como siempre lo hacen algunos alevosos partidarios del "masismo" y recibirán como respuesta, la fuerza, convicción y entereza de los bolivianos que defienden sus derechos y especialmente el que les ha concedido más de un Gobierno Argentino, para que contribuyan con su esfuerzo, capacidad y voluntad, al desarrollo del país que los acoge.

Hay problemas que ojalá no se tornen conflictivos, por la tolerancia desmedida de niveles diplomáticos que tal parece no miden los factores de tolerancia y el obligado comportamiento de nuestras misiones para respetar acuerdos, sin vulnerar derechos, pero especialmente cumpliendo fielmente los tratados que son parte de las buenas relaciones y paradigma del respeto a los derechos ciudadanos, el cumplimiento de las normas diplomáticas y cumplir ideales de convivencia pacífica, entre naciones de una región que trabajan por su integración.

Ya no es posible admitir que políticos desplazados, puedan seguir violentando los derechos humanos, poniendo en riesgo la seguridad ciudadana, la propiedad privada y pública, sólo por mantener desubicados propósitos que no tienen sentido, ni objetivos concretos de beneficio colectivo. Nada que se origine en ideologías de violencia, en dominios sectoriales o alentando caos, y malestar en las familias bolivianas, puede mantenerse vigente.

El país ya sabe cómo poner en regla a los anarquistas. Lo importante es que las legaciones diplomáticas, cumplan también su rol pacificador y de respeto a las decisiones de una Nación, libre y democrática. Lo sobresaliente del tiempo presente es que nuestra diplomacia está en manos de profesionales en la materia.