Trastorno de movimientos estereotipados (Trastornos motores)

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Continuando con los trastornos motores, encontramos al trastorno de movimientos estereotipados. Para identificar estos síntomas en niños y niñas, en cuanto a su desarrollo, explicaremos las características esenciales.

El trastorno de movimientos estereotipados es el comportamiento motor repetitivo, aparentemente guiado y sin objetivo. Estos muchas veces son movimientos rítmicos de la cabeza, manos o del cuerpo sin función adaptativa obvia.

Estos movimientos pueden o no responder a los esfuerzos para pararlos. En los niños con desarrollo normal, se pueden parar cuando se les dirige la atención o se distrae al niño para que no los haga.

En otros casos, el individuo muestra comportamientos de autocontrol (Sentarse encima de las manos, envolver los brazos en ropa). El repertorio es variable Y particular.

Entre los ejemplos de movimientos estereotipados no autolesivos se incluyen, mecer el cuerpo, el aleteo bilateral o movimientos rotativos de las manos, los movimientos rápidos de los dedos delante de la cara, agitar o aletear los brazos y asentir con la cabeza.

Los comportamientos estereotipados autolesivos son, entre otros, golpes repetitivos en la cabeza, abofetearse la cara, meterse los dedos en el ojo y morderse las manos, los labios u otras partes del cuerpo. Los movimientos se pueden producir muchas veces durante el día, durando de pocos segundos a varios minutos o más tiempo. La frecuencia puede, solo día o por varias semanas entre episodios.

Los comportamientos varían según el contexto, produciéndose cuando el individuo está absorto en otras actividades o cuando está emocionado, estresado, fatigado o aburrido. Así también interfieren en las actividades sociales, académicas o de otro tipo y en algunos niños pequeños, pueden dar lugar a una autolesión (en caso de no adoptar medidas protectoras).

El comienzo de los movimientos estereotipados se da en las primeras fases del período de desarrollo, puede indicar un problema del neurodesarrollo no detectado, especialmente en los niños de uno a tres años de edad.

Los movimientos estereotipados comienzan normalmente en los primeros 3 años de vida. Los simples son frecuentes en la infancia y pueden estar implicados en la adquisición del dominio motor.

En la mayoría de los niños con desarrollo normal se resuelven con el tiempo o se pueden suprimir. El comienzo de las estereotipias motoras complejas puede producirse en la infancia o más tarde durante el período de desarrollo. Entre los individuos con discapacidad intelectual, los comportamientos estereotipados y autolesivos pueden persistir durante años, aunque la tipografía o el patrón de las autolesiones puede cambiar (DSM-5).

Es importante la detección de estos síntomas por el entorno cercano y acudir a profesionales especializados (neurología, psicología, psiquiatría, otros). Para el diagnóstico específico y posterior lineamiento de intervención, sobre todo cuidando el deterioro en entornos educativos, sociales, laborales y hasta familiares.