Una ocasión para grandes pedidos buscando paz, amor y tranquilidad

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Ese fue el gran deseo de todos los bolivianos, una ocasión para reavivar la fe en el Nacimiento del Hijo de Dios y aprovechar la ocasión sinceramente para formular grandes pedidos, como corresponde a la minería y que podrán ser una realidad, si todos los bolivianos y especialmente el sector, le pone el hombro a un renovado proyecto de reactivación de la minería boliviana.

En el sector de los trabajadores mineros se da el proceso en una simbiosis especial, al respetarse por una creencia de fe el Nacimiento del Niño Dios, al que se formulan muchos pedidos y se espera su cumplimiento, pero al mismo tiempo se pide también bienestar al Tío de la Mina, esperando igualmente el favor de este ídolo.

El interesante caso y en la materia, comienza en las leyendas que se cuentan sobre el Carnaval de Oruro, único en su género, principalmente devoción y fe de los trabajadores y más delante de los danzarines devotos que necesariamente son parte de tradiciones, de ritos, de un fiel cumplimiento a las costumbres, todas enmarcadas en escenarios para rendir culto y pleitesía a la Virgen Morena del Socavón, la madre del Niño Jesús.

Ha transcurrido ese cumplimiento de deberes, en tiempo y espacio, la Navidad sirve para pedir, también para regalar y ahí está ese encuentro de figuras que nos permiten avizorar el milagro esperado, cuando con mucha fe, esfuerzo y voluntad puedan ser encarrilados los planes de la nueva minería nacional.

Es evidente que falta mucho por hacer, como lo señaló un experto: "en realidad no se ha hecho nada", han transcurrido más de dos décadas y la evidencia de ese olvido, más parece un descuido ejecutivo, y el hecho de que en el sector minero estatal no haya ni un solo proyecto minero renovado, es la prueba de un largo proceso infectivo.

En la minería privada mediana, hace años funcionó en Oruro el mayor proyecto privado aurífero con el trabajo de la mina Inti Raymi, más adelante, se consignó el proyecto de San Cristóbal, que sigue siendo el de mayor rendimiento para el Estado, Gobernaciones y Municipios que obtienen buenos dividendos de tal operación a la que suman otras, como San Vicente, San Bartolomé, Manquiri y hasta el Cerro Rico cuya producción está ya bajo control para evitar la depredación del Monumento Nacional.

Dos hechos importantes

Es necesario en un tiempo de ilusiones, pedir lo que se necesita, pero hacerlo de acuerdo a posibilidades y necesidades. Por un lado la minería estatal no funcionó con sentido renovador en los últimos años. Han faltado inversiones, asesoramiento técnico y grandes decisiones para renovar una caduca Comibol que no cumple ninguna función técnica.

En el caso de la minería privada, la falta de correcta aplicación de la Ley Minera 535, la falta de su reglamentación y la actualización de medidas que otorguen efectivamente garantías jurídicas a los inversionistas, es la causa para que no se presenten proyectos de inversión, pues sin garantías, sin incentivos y facilidades para incorporar nuevo proyectos mineros, es imposible pensar en algún emprendimiento, mientras el flujo de capitales externos se concentra en países vecinos como Perú, Chile y Argentina.

Un tercer elemento que riñe directamente con un supuesto ordenamiento minero, tiene que ver con la prolongada espera en las autoridades nacionales del sector que durante los últimos años. han hecho su paso por las dependencias oficiales del sector minero, sin mostrar iniciativas, menos algunos proyectos de reorganización de la entidad minera estatal, con lo que lo observado es poco menos que nada y así no puede encararse un proyecto nacional que además tiene que ver directamente con la sostenibilidad de nuestra economía y el desarrollo del país en conjunto, por eso la minería necesita una estrategia de cambios y decisiones.

Fuente: Agencia Uru- Medios. PM.