Después de Jesús como protagonista redentor y a su lado, como corredentora, la Virgen MarÃa fue y sigue siendo la persona más representativa de la humanidad en la obra de la redención. Ya desde su misma concepción MarÃa fue elegida para ser Madre del Redentor y luego en la cruz también la Esposa del Salvador. El Evangelio de Lucas narra cómo MarÃa fue desposada con José aunque todavÃa sin contraer matrimonio que según las costumbres judÃas se celebraba al cabo de un año.
El valioso documento "Protoevangelio de Santiago", aunque no está reconocido como libro bÃblico, nos ofrece detalles valiosos para comprender mejor el misterio de la encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen MarÃa. Ella vivió desde los tres años toda su adolescencia en el Templo de Jerusalén Esta profecÃa se cumplió plenamente en la Virgen MarÃa. Según. Allà fue privilegiada oyente de las Sagradas Escrituras y de sus interpretaciones por los sabios escribas. Por eso ya desde su infancia sintió el llamado del Señor a cargar con el pecado del pueblo pecador, renunciando a tener hijos y permanecer estéril como la Hija de Sión.
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El valioso documento "Protoevangelio de Santiago", aunque no está reconocido como libro bÃblico, nos ofrece detalles valiosos para comprender mejor el misterio de la encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen MarÃa. Ella vivió desde los tres años toda su adolescencia en el Templo de Jerusalén Esta profecÃa se cumplió plenamente en la Virgen MarÃa. Según. Allà fue privilegiada oyente de las Sagradas Escrituras y de sus interpretaciones por los sabios escribas. Por eso ya desde su infancia sintió el llamado del Señor a cargar con el pecado del pueblo pecador, renunciando a tener hijos y permanecer estéril como la Hija de Sión.
Fue antes de cumplir 15 años, cuando MarÃa recibió la visita del ángel Gabriel quien le transmitió una noticia increÃble: "No temas MarÃa, porque has encontrado gracia delante de Dios. Concebirás en el seno y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Ã?l será grande y se llamará Hijo del AltÃsimo" (Lucas 1,16-38).
Posiblemente MarÃa entendió que el ángel le proponÃa convivir conyugalmente con su esposo José, ya que le preguntó: "¿Cómo será eso si no conozco varón?". De esa manera MarÃa dio a entender que habÃa hecho un voto de esterilidad renunciando a tener hijos como sugiere la figura bÃblica de la Hija de Sión. Ella ofreció a Dios ese gran sacrificio. De esta manera MarÃa asume la figura bÃblica de la Hija de Sión que se sacrifica por todo el pueblo (IsaÃas 62,11).
Pero el ángel le aclara el maravilloso plan divino: "La Rúaj Santa descenderá sobre ti y el poder del AltÃsimo te cubrirá con su sombra. Por eso quien nacerá de ti será llamado Santo, Hijo de Dios". Como prueba de veracidad el Ãngel le comunica que a pesar de ancianidad, Isabel, la prima de MarÃa, habÃa concebido. Por eso MarÃa se pone en camino para comprobar la señal divina de la veracidad del mensaje del Ãngel, y ayudar a su pariente encinta.
La encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen MarÃa es un misterio incomprensible para la inteligencia humana. Sin embargo, hoy en dÃa, con los avances cientÃficos podemos vislumbrar mejor ese suceso salvÃfico. MarÃa, al llegar a la edad de la pubertad, antes de los 15 años, comenzó a ovular como normalmente sucede a toda mujer. Cabe pensar que su primer óvulo, milagrosamente habilitado por la acción divina, pasó a ser cigoto, embrión monocelular, en el que se encarnó el Hijo divino por obra y gracia de la Rúaj Santa. La adolescente madre albergó en su seno a Jesús, convirtiéndose en la madre de Jesús el Salvador.
Muchos fieles cristianos veneramos la anunciación del Ãngel Gabriel a MarÃa el dÃa 25 de marzo y luego el 25 de diciembre el nacimiento del Jesús, el Hijo de Dios y el Hijo de la Virgen MarÃa. Esta advocación de la Virgen de la Dulce Espera se ha incrementado en las últimas décadas. Tiene una fundamentación bÃblica. El profeta bÃblico IsaÃas anunció la gran señal divina "La doncella encinta dará a luz un hijo al que se pondrá por nombre ´Emmanuel´, que significa ´Dios con nosotros´" (IsaÃas 7, 14). Por eso el dÃa 18 de diciembre y siguientes, muchos cristianos y también algunos musulmanes, veneramos a MarÃa encinta con las advocaciones Virgen de la Dulce Espera, Virgen de la Esperanza, Virgen encinta, Virgen de la O por tener el seno redondeado, entre otras.
Pidamos a Dios por la intercesión de la Virgen de la Dulce Espera y de San José, su esposo protector, para que se proteja a las mujeres embarazadas y no se cometan feminicidios, ni tampoco abortos, sino que se proteja y se defienda la vida y la salud materno-infantil, especialmente cuando hay dificultades en el embarazo.
No olvidemos que atentar contra la vida de los infantes todavÃa no nacidos, equivale a atentar contra el mismo Jesús en el seno de madre, tal como lo dijo el mismo MesÃas: "Lo que hagan a uno de estos mis hermanos más pequeños conmigo lo hicieron" (Mt 25,40). Veneremos a MarÃa también como integrada en la Sagrada Familia Trinitaria del Padre, de la Madre (Rúaj) y del Hijo. Ella no sólo es la Hija predilecta de Dios Padre y de la Rúaj Santa, sino también pasó a ser la Esposa del Padre y la Madre del Hijo de Dios. La encarnación respeta el monoteÃsmo, pero lo abre a una nueva visión de Dios como Familia Trinitaria, cumpliéndose asà el plan divino cuando Dios Elohim creó la familia humana a su imagen y como semejanza suya (Génesis 1,26).