Miercoles 14 de marzo de 2012
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Editorial y opiniones
Derrumbe del comercio legal por la corrupción
14 mar 2012
Por: Armando Mariaca V.
La corrupción es un mal hereditario de todos los pueblos del mundo; nadie podría sostener que hubo un régimen político que gobernó a la humanidad que no haya tenido elementos corruptos en sus filas. Este mal ataca en primer término a los gobiernos débiles y sin principios que, atenidos al poder que tienen, practican las políticas del “dejar hacer y dejar pasar” con el íntimo propósito de “mantenerse en el poder sin crear condiciones para los descontentos” y, como muchas veces las bases de sustentación se han encaminado por sendas de la corrupción, “es mejor que todo cambie por sí y no forzar situaciones”.
El comercio legal no ha crecido en muchos países porque el contrabando, que es la forma más leonina de corrupción donde intervienen corruptos y corruptores, impide cualquier acción donde las leyes se impongan puesto que ello implicaría cumplir con normas y reglamentos, pagar derechos aduaneros e impuestos de ley, abonar sueldos y salarios a personal dependiente y realizar pagos legales de todo tipo que establecen muchas disposiciones. En un régimen donde impera la corrupción, ninguna de esas normas se cumple y cuanto más se soslaya su acatamiento, las utilidades son mayores porque, con parte de ellas, se siembran más cuadros de corrupción como son las coimas a autoridades, policías, militares, comerciantes del ámbito legal, banca, comunicadores y hasta religiosos; es decir, “comprar” a quienes, directamente o no, pudiesen intervenir en favor del comercio ilegal, del incumplimiento de las leyes y de no combatir a la corrupción que es base de sustentación del contrabando, de la fabricación, tráfico, comercio y consumo de drogas que hacen del narcotráfico uno de los negocios ilícitos más rentables.