La Navidad está dedicada a los niños porque ellos le dan sentido a la festividad, brindan alegrÃa, crean el ambiente de regocijo júbilo y satisfacción en la esperanza e inocencia de recibir la noche de Navidad sus deseos plasmados en regalos que solicitaron por medio de una cartita al niño Dios.
En el mundo entero y en el paÃs existen diferentes estratos sociales en los que se encuentran los de menores recursos económicos, donde se refleja la pobreza y miseria debido a la carencia de fuentes de trabajo, ausencia del jefe de familia por deceso o abandono del hogar. Para los niños de este sector la Navidad es triste por la carencia de alimentos, vestimenta y juguetes que muchos dejaron de recibir hace tiempo. En el área rural el drama es más agudo, allà la Navidad no existe, por esta razón centenares de niños acompañados por sus madres, se trasladan a las capitales de los departamentos para recibir ropa y juguetes -en su generalidad en medio uso-, que algunas personas de buen corazón e instituciones sociales de beneficencia les regalan, preparan actos de caridad acompañados de chocolate, biscochos o panes para estos sectores vulnerables, en tanto que el Estado hace mucho tiempo que no tiene polÃticas de ayuda y protección para con estos grupos sociales.
En el mundo entero y en el paÃs existen diferentes estratos sociales en los que se encuentran los de menores recursos económicos, donde se refleja la pobreza y miseria debido a la carencia de fuentes de trabajo, ausencia del jefe de familia por deceso o abandono del hogar. Para los niños de este sector la Navidad es triste por la carencia de alimentos, vestimenta y juguetes que muchos dejaron de recibir hace tiempo. En el área rural el drama es más agudo, allà la Navidad no existe, por esta razón centenares de niños acompañados por sus madres, se trasladan a las capitales de los departamentos para recibir ropa y juguetes -en su generalidad en medio uso-, que algunas personas de buen corazón e instituciones sociales de beneficencia les regalan, preparan actos de caridad acompañados de chocolate, biscochos o panes para estos sectores vulnerables, en tanto que el Estado hace mucho tiempo que no tiene polÃticas de ayuda y protección para con estos grupos sociales.
La llegada de la Navidad ofrece, año tras año, una ocasión para la pausa, reflexión y la cooperación a las personas desprotegidas que requieren de solidaridad y colaboración al margen de contribuir con la elaboración de planes y proyectos con el propósito de disminuir -realmente, la pobreza en el paÃs.
La Navidad brinda una oportunidad inmejorable para revestirse de esperanza, entendimiento, perdón, reencuentro dejando de lado el odio, rencor y antipatÃa para conseguir la unidad de todos los bolivianos en torno a la patria. La esperanza que permite mirar al horizonte inmediato del año 2020 con razones para el optimismo e ilusión de encontrar la unidad. Son dÃas para llevar la alegrÃa al corazón, la paz y fraternidad al hogar y a la familia. DÃas para hacer acopio de los mejores sentimientos para sentirse, más próximo aún a los desfavorecidos.
Es la oportunidad de aumentar los mejores deseos y la confianza de encontrar la paz en los hogares y familias traducidas en mejor salud para todos, con óptimos hospitales de tercer nivel, justicia despolitizada, con jueces probos, idóneos, donde se garantice la presunción de inocencia y el respeto estricto a la Ley sea permanente, democracia con nuevas elecciones generales con autoridades con independencia polÃtica.
El deseo de ver cumplidas todas las expectativas para un nuevo año, anhelar metas que se pueden cumplir, y por esta razón poner la esperanza en la creación de empleos, con el propósito de conseguir que muchas personas encuentren trabajo en los próximos meses y con ello ver aliviadas las cargas económicas que han padecido durante estos años y encontrar recompensa a tanto esfuerzo y sacrificio. Confiar en que vendrán dÃas, meses y años mejores y con la fe puesta en Dios para permitir abrir una nueva etapa de desarrollo y de progreso. Lograr fundamentar la esperanza en la creación de nuevas fuentes de trabajo mejorar la economÃa en las familias, la salud y la educación.
Temporada que permite recordar momentos alegres y tristes como los vividos hace dos meses con un paro general de instituciones, la muerte de ciudadanos y la anulación de las elecciones de octubre pasado, donde resaltaron los esfuerzos y sacrificios efectuados por la Iglesia católica para evitar el enfrentamiento de sectores con el gobierno transitorio, por peticiones y demandas justas y en muchos casos injustas en el ambiente en el que se desarrollaban los conflictos sociales.
La Navidad es tiempo de reflexión, muestra y enseña la necesidad de anteponer intereses generales a los particulares, orienta la necesidad de ser tolerantes, escuchar y dialogar para encontrar un entendimiento con los sectores en conflicto y lograr la unidad de los bolivianos, en busca de un futuro prometedor. En este tiempo de paz y amor se renueva el espÃritu de bondad y humanidad con la esperanza que llegarán dÃas mejores en los que se volverá a recuperar la patria desterrando la división, egoÃsmo, egocentrismo y egolatrÃa.
Tener fe en Dios para nuevamente disfrutar de todo aquello que circunstancialmente quedó aplazado, la convivencia en un Estado de Derecho, respeto a los Derechos de las personas, unidad, igualdad y tolerancia entre todos los hermanos bolivianos como principio de una democracia plena.
La Navidad es el inicio de una búsqueda permanente de paz y concordia, un encaminar de virtudes del ser humano por sendas de construcción y perfeccionamiento del espÃritu y de los bienes que hacen la felicidad de los hombres; es la lección mayor que el Creador ha dado a la humanidad porque fue la entrega de su Hijo para la salvación del mundo, un mundo que, por soberbia, ha desencadenado muchas veces guerras y conflictos que atentaron contra la paz, la hicieron vulnerable: pero, han sobrevivido las virtudes sembradas en los corazones para que restablezca esa paz.
La Navidad es y debe ser, el principio de comprensión y unidad entre los hijos de esta patria, Bolivia, que precisa, con mucha urgencia, de una práctica de virtudes que se hagan valores en gobernantes y gobernados para que mancomunadamente se sirva al bien común, en unión armonÃa y acuerdo, alejados de rivalidades y desavenencias que sólo agravan los males y complotan contra las esperanzas que abrigan los corazones.
La Navidad es mensaje de paz y avenencia y no se puede desconocer los derechos de vivir en consonancia con el mensaje de Dios para lograr armonÃa dÃa a dÃa con preparación y práctica durante el año que se aproxima, donde primen las condiciones constructivas de todos no solamente para conseguir una paz espiritual permanente sino para alcanzar el desarrollo y progreso que sirvan a las actuales generaciones y preparar el futuro para que los hijos de los hijos de hoy vean permanentemente la luz divina que ilumine sus caminos bendecidos por Jesús.
Esta fiesta religiosa no puede ser una conmemoración comercial o material, donde se hace práctica hasta de vanidad y el deleite que, más tarde profundizan división y rivalidades que no tienen justificación alguna.
Recordar el Nacimiento de Jesús es causa y motivo para agrandar los valores del espÃritu, renovar los sanos propósitos, perdonar las ofensas recibidas y, plenamente abiertos de corazón, saber olvidar los momentos sufridos porque el perdón abre las puertas de la vida prometida por el Salvador; Navidad es tiempo para proponerse ser mejores, haciendo que las virtudes sean corolario de la vida y cimiento de valores que se hagan principios para tomar conciencia de paÃs y acrecentar el amor por la patria y el prójimo.
(*) Es ingeniero
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