Probablemente pocos dudan que el 20 de octubre pasado hubo el mayor fraude electoral de la historia de Bolivia. Esto lo han comprobado los peritos designados por la Secretar铆a General de la Organizaci贸n de los Estados Americanos, encargados de una auditor铆a de estos comicios. Tampoco fue extra帽o que el pueblo, en cabildos, marchas y bloqueos, haya exigido que los responsables del fraude abandonen el gobierno, en particular el binomio presidencial que pretend铆a eternizarse en el poder, violando la Constituci贸n y desconociendo la voluntad popular expresada en el referendo del 21 de febrero de 2016.
Luego, ante el abandono de la jefatura del Estado, asumi贸 un nuevo gobierno por sucesi贸n establecida en la Carta Magna, con la tarea de restaurar el Estado de Derecho y, finalmente, convocar a "elecciones libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresi贸n de la soberan铆a del pueblo" (Art. 3掳 de la Carta Democr谩tica Interamericana)
Sin embargo, a煤n hay mucho por resolver, y esto corresponde a la sociedad. En primer lugar, tomar en cuenta la experiencia de la dispersi贸n de votos que conspir贸 de alguna manera contra el necesario cambio democr谩tico. Esto debe servir para que se busquen acercamientos que permitan una concertaci贸n unificadora frente a los aprestos del populismo de reeditar una autocracia, siguiendo el modelo chavista de Venezuela, con la inspiraci贸n del castrismo.
Sin embargo, a煤n hay mucho por resolver, y esto corresponde a la sociedad. En primer lugar, tomar en cuenta la experiencia de la dispersi贸n de votos que conspir贸 de alguna manera contra el necesario cambio democr谩tico. Esto debe servir para que se busquen acercamientos que permitan una concertaci贸n unificadora frente a los aprestos del populismo de reeditar una autocracia, siguiendo el modelo chavista de Venezuela, con la inspiraci贸n del castrismo.
Por supuesto que la unidad no es f谩cil de alcanzar, aunque no es imposible. Pese a las obvias diferencias ideol贸gicas, ser铆a factible concertar un programa m铆nimo para la reconstrucci贸n nacional, que resuma estrategias comunes para combatir la corrupci贸n y el narcotr谩fico y avanzar en la tarea inaplazable de reponer las garant铆as a las que tienen derecho los bolivianos. En este sentido, hay mucho de sensatez y cordura en el gobierno presidido por la se帽ora Jeanine 脕帽ez, quien incansablemente busca la paz y la concordia nacional y que no se arredra ante los aprestos populistas de retornar al caos y la violencia. Es m谩s, la presidente ha mostrado voluntad para ordenar la administraci贸n del Estado y abrir caminos para una aut茅ntica democracia basada en "el respeto mutuo y convergente entre la mayor铆a y las minor铆as".
Entre las tareas que resaltan en la gesti贸n de la presidente Jeanine 脕帽ez se cuenta la b煤squeda del buen entendimiento entre las naciones y, a la vez, hacer que internamente se respeten las normas de la Declaraci贸n Universal de los Derechos Humano de la Organizaci贸n de Naciones Unidas, tan poco observada por las tiran铆as.
Es de esperar que el buen juicio se imponga, y que se establezca un futuro gobierno de salvaci贸n nacional, siguiendo los lineamientos de la actual gesti贸n presidencial.
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