El negacionismo es la conducta de individuos que eligen negar la realidad para eludir una verdad incómoda. Existe un negacionismo crÃtico, que busca resquicios para sembrar dudas acerca de una evidencia empÃrica, y otro embustero, que refleja intereses personales o de grupo para apartarse de la verdad.
Los negacionistas abundan en las ciencias humanas y sociales, donde pesa la autoridad de quien afirma una verdad, pero escasean cuando se trata de refutar hechos empÃricos y verdades cientÃficas.
Un ejemplo son los negacionistas del cambio climático. Nadie objeta la realidad del calentamiento global del planeta, pero no faltan los que niegan la correlación del incremento de la temperatura con la quema de combustibles fósiles y apelan a otras causas naturales para explicar ese fenómeno. Algunos lo hacen por exceso de critica (demoler una verdad oficial produce fama y revoluciones cientÃficas, o sino pregúntenles a Galileo o a Einstein), otros por defender intereses ideológicos o económicos (el uso de las energÃas fósiles).
Asimismo, hace siglos, la causa de todo suceso residÃa en la astrologÃa -disciplina que daba de comer a muchos "sabios" en las cortes- de modo que la gente seguÃa muriendo de peste maldiciendo las estrellas y negando las verdaderas causas del contagio.
Asimismo, hace siglos, la causa de todo suceso residÃa en la astrologÃa -disciplina que daba de comer a muchos "sabios" en las cortes- de modo que la gente seguÃa muriendo de peste maldiciendo las estrellas y negando las verdaderas causas del contagio.
Tres informes internacionales se han esforzado por demostrar la coherencia estadÃstica de los resultados oficiales del TSE. Los que han aplaudido las conclusiones de esos estudios lo han hecho, a mi criterio, más por el prestigio de sus autores e instituciones (algunas avaladas por premios Nobel) que por los sofisticados modelos utilizados.
Es instructivo repasar cómo evolucionó la narrativa negacionista. Empezó negando de plano la palabra "fraude" (solo se admitió irregularidades "normales"). Sin embargo, a medida que salÃan más pruebas de múltiples anormalidades, el discurso fue: "pero no alteran el resultado final". En esta fase intervienen, por excesivamente crÃticos o por interesadamente ingenuos, los expertos internacionales.
Obviamente nadie se tragó ese embuste, de modo que pronto la consigna pasó a ser: "el fraude fue un pretexto -un engranaje- del golpe de estado y de la sangrienta represión militar". En este momento intervienen las comisiones internacionales para informar, de manera parcial y descontextualizada, sobre violación a los derechos humanos.
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