Conflictos perturban Latinoamérica

En el último tiempo y con inusitada frecuencia, varios países de la región Latinoamericana son escenarios de hechos lamentables que de diferentes formas han alterado la convivencia pacífica, con una secuencia de hechos violentos que han causado víctimas fatales, muchos heridos y no menos un buen número de presos por diversas causas.

Las motivaciones en cada caso son diferentes, pero según muchos analistas tienen un común denominador que se define como "reacciones de una izquierda insatisfecha" ligada por diferentes eslabones de una cadena que se maneja, por las denuncias, desde Cuba y con abierta injerencia venezolana.

Con el crecimiento de las redes sociales y la ampliación de servicios de las cadenas noticiosas, la información se expande en todas las comunidades de enormes áreas pobladas que están al tanto de lo que acontece con los vecinos o los que se ubican algo más distantes pero que siendo parte de "la región" son motivo de obligada preocupación, por la proximidad y la posibilidad de una evidente contaminación conflictiva.

Las pugnas por lo visto, responden a la prevalencia de corrientes definidas como de izquierda o derecha y en cada caso, con sus propias razones y sus listados de pedidos, siempre más que sugerencias, y una posición muy clara de insatisfacción social, que es el "caldo de cultivo" para las movilizaciones populares y la lógica respuesta, en algunos casos muy dura de freno militar y policial, para restablecer las condiciones de normal actividad y convivencia.

Algo que prevalece en las comunidades latinas, es la reacción de los sectores laborales, pero con fuerza organizada surgen los contingentes de jóvenes, hombres y mujeres que se manifiestan en las calles y que expresan su rechazo a las consignas políticas, donde aquellas se ubiquen, exigiendo soluciones más prácticas y concretas a los problemas de la cotidianidad, servicios, salud, educación, transporte, empleos seguros y sobre todo pacífica convivencia.

Los observadores mencionan el caso boliviano, con una muestra de las reacciones de la juventud, frente a un fraude que fue detectado por la corriente generacional que domina la cibernética y que le dijo no al continuismo. Lo de octubre y noviembre en nuestro país, es una alerta al manejo discrecional de la política partidista y atrabiliaria.

Otras situaciones no menos notorias son las que se registran en países de Centro América con un prolongado proceso de protestas y pocas opciones para encaminar soluciones pacíficas. México no puede contener signos de violencia y su gente exige soluciones, lo mismo ocurre en Colombia con injerencia de fuerzas guerrilleras, o el caso de Ecuador donde se clama justicia social. En el Brasil corrientes de dos extremos siguen alterando la paz social, mientras en Chile después de muchos años se desató el reclamo popular obligando a su gobierno la aprobación de medidas sociales que parecían marginales y resulta que son prioridades de mejor vida colectiva.

Venezuela en la parte norte sudamericana la situación es la más complicada, bate récord de inflación, desocupación, desabastecimiento y seguridad, el forzoso abandono de venezolanos es impresionante. Al otro lado en el extremo sur de la región, Argentina se posesionó a un mandatario izquierdista que ha hecho muchas promesas para cumplirlas de inmediato, antes que otro eslabón de la cadena subversiva también sacuda su integridad política.

Preocupa la inestabilidad de la región en un territorio que tiene de todo, pero lamentablemente también de políticas extremas, perturbadoras y malas.

Fuente: LA PATRIA