En las filas socialistas cunde la desesperación al comprobarse que hubo fraude en las elecciones del 20 de octubre a fin de favorecer al binomio del Movimiento al Socialismo.
Al propagarse los resultados de esa irregularidad, los militantes del partido de Evo Morales tienen el ánimo alterado por haberse comprobado el mal irreprochable ocasionado al proceso de votación y quedar impotentes al no lograr el éxito deseado para que perdure un régimen dictatorial continuista de 14 años en los que el pueblo boliviano estuvo aprisionado.
Cada día que pasa se advierte las caras largas que muestran los masistas al ver que sus esperanzas de convalidar el fraude electoral se diluyen toda vez que, inclusive, en el exterior se ha burlado los derechos de la colectividad boliviana residente en varios países al haber aparecido en las actas de escrutinio más votos que votantes.
Eso, como ejemplo, ocurrió en la Argentina, donde la población boliviana es la más numerosa, causando gran extrañeza que se haya inflado la cantidad de votos más allá del número de votantes que acudieron a las urnas.
Eso, como ejemplo, ocurrió en la Argentina, donde la población boliviana es la más numerosa, causando gran extrañeza que se haya inflado la cantidad de votos más allá del número de votantes que acudieron a las urnas.
Tal conducta irregular no pudo ser explicada por los encargados de la embajada de Bolivia en aquel país, saliendo con el argumento de que esa situación debe ser respondida por el Tribunal Supremo Electoral.
Para quien tiene la inteligencia y facultad de comprender y razonar, le es fácil entender que la participación del binomio del MAS en las elecciones de octubre pasado era ilegal porque se estaba violando como primer paso el artículo 168 de la Carta Magna.Sin embargo, dado que la cúpula masista tenía en sus manos el control total de los Poderes del Estado, se impuso el criterio fraudulento de la reelección de Evo Morales y Álvaro García.
Pero, los masistas no contaban con el hecho de que el pueblo, mediante el voto en las urnas, ratificaría la decisión tomada el 21 de febrero de 2016, aspecto que les llevo a fraguar el fraude ya conocido.
No conformes con ello, apelan a la insolencia chavista para amenazar con el regreso de Evo Morales, algo que no se debe permitir, si hay la intención de propiciar una convulsión social en Sudamérica.
La desafiante actitud expresada por el dictador venezolano Nicolás Maduro es una muestra de cómo los socialistas quieren llevar adelante una figura normalmente terrorífica de asustar a los pueblos para quedarse en el poder.
En su momento, de querer producirse ese atrevimiento, los bolivianos actuaremos con valor y firmeza para rechazarlo ya que, conforme se conoce, existe la corriente extremista de izquierda para desestabilizar el proceso de transición en que estamos abocados.
Debemos estar preparados para enfrentar esta clase de arremetidas al ser notoria la insistencia de que en Bolivia hubiera ocurrido un golpe de Estado contra el dirigente cocalero.
En ese contexto, extendemos la mirada hacia México país azteca donde no se quiere reconocer las irregularidades cometidas por el MAS en el acontecimiento electoral, al extremo de que la periodista Carmen Arístegui, en una entrevista a Mario Vargas Llosa, en base a incisivas preguntas reiteradas, quiso lograr que el ganador del Premio Nobel de Literatura, diga que Evo Morales fue víctima de una acción violenta para dejar el gobierno.
Al no conseguir ese objetivo, la comunicadora se mostró inconforme con la apreciación de su entrevistado, ya que su intención al parecer, era hacer quedar mal al pueblo boliviano al haber reconquistado la democracia.
Fuente: Guillermo Moscoso Bermúdez
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