Insuficientes bonos en Chile

La decisión de Sebastián Piñera de abrir la billetera oficial en su país, no es ninguna solución para controlar el estallido social que se prolonga por más de 50 días desde su inicio en octubre y que ha ocasionado una serie de problemas al sistema financiero del país trasandino que se jactaba de tener una economía saneada en la región, situación que se desbarató con la protesta generalizada de ciudadanos, pidiendo un sistema económico más igualitario que garantice bienestar para la mayoría de las familias chilenas.

Algo que se venía venir, reventó con fuerza ante una serie de hechos oficiales que eran y aún son la muestra de condiciones inequitativas que marcan una clara injusticia en el uso y beneficio de los recursos públicos con muy clara inclinación favorable a selectos grupos sociales minoritarios. Parece que esa condición, característica del Gobierno de Piñera, era desde su anterior gestión el motivo que iba madurando, hasta que finalmente explotó y todavía no está bajo control de la administración estatal.

Frente a la crisis social que enfrenta Chile y que ha distorsionado seriamente la economía de ese país, el Presidente Piñera resolvió "abrir la billetera" para disponer la concesión de algunos bonos, a las familias más necesitadas, hecho que sin embargo no ha surtido el efecto deseado de parar la convulsión, es que se trata del pago de un "bono único" por un valor del equivalente a 124 dólares por persona y que llegará a poco más de un millón de familias vulnerables, lo que equivale a un cuarto del total de hogares en Chile.

El bono se pagará por una sola vez en el mes de enero, cuando además podría adelantarse el pago de otro bono que generalmente se paga en marzo a las familias más necesitadas, sin que tampoco tal situación signifique "aminorar" la diferencia de condiciones favorables a sectores empresariales de millonarias inversiones y que constituyen el 1 % más rico del país, hecho que ha exacerbado los ánimos de la gran mayoría social de Chile, según la visión de economistas y analistas.

Chile registra un desplome de 3,4% en su ritmo económico en el mes de octubre y se prevé que podría ser superior en el mes de noviembre cuando se agudizaron los problemas y se incrementaron las reacciones populares en demanda de una política económica y social con cambios sustanciales en su modelo de aplicación, para lograr una justa distribución de los ingresos que genera la productividad en Chile.

Se observa que hay "un escenario de desesperación del Gobierno de Piñera" que con el anuncio de otorgar bonificaciones parciales no soluciona un problema de inequidad que obligará necesariamente a cambios sustanciales, entre los que se menciona un necesario cambio en la Constitución chilena, posiblemente la más conservadora y tradicionalista entre las naciones del continente suramericano, en muchas de las que ya se han producido cambios sustanciales en sus políticas de administración política y financiera.

La situación es aún muy tensa y la agenda social del Gobierno estima factible un aumento del 50% de las pensiones básicas, rebaja a la mitad de tarifas en ciertos sistemas del transporte público para adultos mayores y estudiantes y algunas otras medidas que serán dispuestas paulatinamente. La situación económica en Chile, se arreglaría con una política de justicia y equidad.