Domingo 08 de diciembre de 2019
ver hoy
Editorial y opiniones
EDITORIAL
Ninguna Ley de GarantÃas
08 dic 2019
Una ley de supuestas garantÃas, no es el instrumento legal apropiado en un tiempo en que hay necesidad de retomar la institucionalidad, el respeto a las leyes vigentes y sobre todo la reposición de condiciones normales para la convivencia pacÃfica, en un Estado de derecho con garantÃas suficientes para la seguridad ciudadana, amenazada todavÃa por grupos de vándalos polÃticos
Lo que fue criticable en tiempos de un gobierno que disimulaba muy bien sus errores y los convertÃa en campañas de polÃtica partidaria, como era de esperarse van sumando cifras realmente faraónicas, que en todo caso afectan a la economÃa nacional, que tiene un déficit irrecuperable en los Ãtems de supuesta "inversión social".
Este asunto del gasto público que de manera directa significa "uso de los fondos estatales" que son dinero de los bolivianos, constituye una motivación de especiales reacciones ciudadanas, al tomar en cuenta y fuera de cualquier campaña de mentirosa promoción, lo que realmente significó un largo periodo de gastos suntuosos, sin aprovechar positivamente el flujo de divisas que con precios altos generaron nuestras exportaciones de materias primas. No se hizo nada en materia de reservas, creación de un fondo de previsión o una cuenta para salvar las emergencias generadas por el cambio climático, este rubro que en otros paÃses es una impronta de responsabilidad estatal.
Es evidente que con un sistema sostenible de bonificaciones que en su creación original corresponde a un anterior esquema de gobierno, se favorece a sectores sociales vulnerables y que los mismos permanecerán vigentes, pues se trata de un derecho adquirido por la comunidad, para beneficiarse en parte de las utilidades que generan las exportaciones de gas y minerales, mientras un porcentaje aún no definido, de las cuentas estatales, sirvieron para sostener una serie de gastos indebidos, financiar edificios faraónicos y cubrir gastos del uso arbitrario de un avión de alto costo de mantenimiento o de helicópteros utilizados como taxis de servicio público, sólo por mencionar algunos de los gastos que un paÃs con niveles de pobreza extrema no podÃa darse ese lujo.