Empleo informal distorsiona la economía

La apreciación corresponde a destacados analistas y expertos economistas, al señalar que "estuvimos viviendo con una economía ficticia, no efectivamente beneficiosa a los fines del desarrollo nacional y sólo con una imagen de transitoriedad, gracias a un tiempo de buenos precios de las materias primas, que lamentablemente no se aprovechó como debió suceder, para fortalecer las reservas y crear más de un fondo de previsión para los tiempos de "vacas flacas".

Si bien algunos organismos internacionales señalaron en sus análisis que "Bolivia tenía el mejor índice de crecimiento del PIB" en la región, no es menos cierto que variaron en sus cálculos del último tiempo, al observarse que en nuestro país se alteró la realidad productiva en cuanto rebajaron los valores de nuestras principales exportaciones, gas y minerales, de ahí que los ingresos que todavía se anotan, son producto de un movimiento económico transitorio que está sostenido por la actividad informal, contrabando y comercio irregular.

En los medios oficiales y antes del pasado 20 de octubre, las autoridades aseguraban que se mantendría inalterable la "distribución de los recursos derivados de la exportación de materias primas y que cubrirán las obligaciones en el pago de bonos sociales", lo que evidentemente se cumplía y continuará en función de las previsiones del nuevo gobierno, que aseguró el sostenimiento de tales obligaciones, que son producto de un ingreso especial que en caso de tener variables hacia un descenso, será compensado en tanto se restablezcan mejores condiciones de comercio internacional.

Una de las fallas más notorias en el proceso financiero nacional, se atribuye a la falta de programación específica para la creación y sostenimiento de fuentes de empleo seguro, un hecho que lamentablemente incide en el factor social de nuestro país, cuando el tema laboral formal es reemplazado por un creciente e imparable sistema laboral informal.

Preocupa el asunto porque según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay una serie de hechos reveladores, como que el 20% de la población económicamente activa tiene un empleo calculado en 4%, mientras que el 80% que es la mayoría de la población estaría en el sector informal, lo que significa una clara distorsión en la economía nacional.

Hay que reconocer que el Fondo Monetario Internacional FMI, hizo alusión al crecimiento de Bolivia en pasados años, los de bonanza en precios de las materias primas, que permitió una baja en el índice de la pobreza que en el 2005 era del 38% a sólo 15.2% en 2018, aunque persiste un alto índice en el rubro de la extrema pobreza.

El analista económico Gonzalo Chávez, señala que pese a la bonanza de nuestro país en años anteriores, no ha sido capaz de diversificar su economía y sigue siendo vulnerable a los precios del gas, el petróleo, los minerales y la soya porque no se ha hecho ninguna diversificación productiva. Llama la atención que en contraposición se ha incrementado la deuda pública, ha disminuido la reserva internacional y no ha crecido el PIB como se esperaba, tomando en cuenta que la realidad económica de la región tiene influencia en los países que integran un grupo con muchos vaivenes económicos.

Finalmente hay que insistir en que los datos económicos señalan claramente que el trabajo informal en nuestro país es uno de los más altos de la región y está al margen de condiciones sociales que aseguren una vida con mayor seguridad para la mayoría de las personas, con empleos seguros, disminuyendo el sistema informal que daña la economía nacional.