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Domingo 01 de diciembre de 2019

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Cultural El Duende

Elogio de la conversación

01 dic 2019

Cuando Luis Urquieta estaba en trance de publicar Sol de otoño, su libro de escritos literarios, me honró con una invitación para hacer un breve comentario que, junto a los de Mariano Baptista Gumucio, Luis Ramiro Beltrán y Gaby Vallejo, apareció en la contratapa de dicho volumen. Ahí, expresé mi regocijo y admiración por la vasta cultura de su autor y por el privilegio de su amistad, encarnadas en el ámbito de la conversación.

Y es que la conversación es (ya lo dijo Platón) una forma de conocimiento. Y lo es más o mejor, cuando el contertulio es sabio y generoso. La conversación es también el ámbito privilegiado de la amistad, un espacio de intercambio que da sentido a la existencia y, como lo apuntó Georg Simmel, un verdadero antídoto contra los embates de la contemporaneidad.

De entre muchas acaecidas durante un par de décadas de amistad, recuerdo ahora, una larga conversación que tuve con Carlos Condarco, Martín Zelaya y Luis Urquieta en la oficina de este último en la Zona Franca, en esas pampas tan orureñas como sugestivas. Hablamos de literatura regional precisamente y de ese encuentro surgió el proyecto de elaborar Letras orureñas, un libro que revisó vida y obra de autores de esta tierra y que se publicó un par de años después (Fundación Cultural ZOFRO/Plural editores, 2016).

De entre muchas acaecidas durante un par de décadas de amistad, recuerdo ahora, una larga conversación que tuve con Carlos Condarco, Martín Zelaya y Luis Urquieta en la oficina de este último en la Zona Franca, en esas pampas tan orureñas como sugestivas. Hablamos de literatura regional precisamente y de ese encuentro surgió el proyecto de elaborar Letras orureñas, un libro que revisó vida y obra de autores de esta tierra y que se publicó un par de años después (Fundación Cultural ZOFRO/Plural editores, 2016).

Es esa una prueba (sólo una de entre tantas) de la pasión, compromiso y solidaridad que tenía Luis Urquieta para con la literatura (y otras artes), ya que, a partir de este suplemento y de otros emprendimientos editoriales, aportó decisivamente a la producción y difusión de las letras.

Precisamente, esa vasta y fructífera labor editorial a la que le dedicó tanto tiempo y energía, era la que propiciaba muchas conversaciones.

�l, quien las más de las veces iniciaba e impulsaba los proyectos, también conversaba con amplitud y generosidad con autores, editores y amigos buscando siempre un intercambio de criterios para que el emprendimiento resulte, además de efectivo, una labor grata de vida. Ambos rasgos, calidad y calidez, son los que estuvieron siempre presentes en su filosofía de vida.

¡Claro que extrañaré conversar contigo querido Luis!

Benjamín Chávez.

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