Domingo 01 de diciembre de 2019
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Don Luis Urquieta Molleda, sin resquicios para la duda, ha sido un valioso gestor de la cultura boliviana, en general, y orureña, en particular. Su generosidad no conocÃa lÃmites. Aún recuerdo que, mientras yo vivÃa en Estocolmo, no escatimaba esfuerzos para enviarme ejemplares de "El Duende" y la revista de la Unión Nacional de Poetas y Escritores (UNPE), sin más preámbulos que los fraternales saludos y sin más pretensiones que ayudar a difundir nuestra literatura más allá de las fronteras.
Su partida deja un enorme vacÃo entre quienes lo tratamos de manera epistolar y lo conocimos de manera personal en Oruro; la tierra de mineral y folklore que él supo amar sin condiciones y a la cual entregó lo mejor que tenÃa desde la perspectiva empresarial e intelectual.
Aun siendo un hombre de razonamientos lógicos y realizaciones pragmáticas, no dejaba de cobijar en su fuero interno la inquietud del literato que, de cuando en cuando, transitaba como "El Duende" por los recovecos de la palabra escrita, entregándose en cuerpo y alma a las fuerzas ocultas y maravillosas de la imaginación.