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Sábado 30 de noviembre de 2019

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Revista Tu Espacio

Así es la Alta Tierra de los Urus

Machacamarca el corazón del vergel orureño

30 nov 2019

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El departamento de Oruro es rico en todo el confín de su territorio, lugares que ni los mismos orureños conocemos por diferentes circunstancias. Uno de esos sitios, al cual hacemos referencia a continuación, está muy cerca de la Capital del Folklore de Bolivia, a tan solo 40 kilómetros aproximadamente al Sur, bautizado como Machacamarca.

Desde lejos se lo puede reconocer y no precisamente por su infraestructura, sino por su vergel, es un oasis en pleno altiplano orureño, vegetación que la distingue de cualquier espacio geográfico que pueda existir en este jirón patrio.

Sus árboles frondosos señalan que la vida es más linda en aquel municipio, porque el sólo tener contacto con la naturaleza origina un ambiente de felicidad en el corazón del propio y extraño.

Ese sentimiento no desaparece fácilmente de aquel lugar, porque no solo estamos hablando de vegetación, sino también de fauna, prueba de ello, es una linda granja que está en Machacamarca y cuya diversidad de especies silvestres hacen ver, que este municipio fue bendecido por Dios, al tener atractivos maravillosos.

Ese sentimiento no desaparece fácilmente de aquel lugar, porque no solo estamos hablando de vegetación, sino también de fauna, prueba de ello, es una linda granja que está en Machacamarca y cuya diversidad de especies silvestres hacen ver, que este municipio fue bendecido por Dios, al tener atractivos maravillosos.

Pero por si fuera poco, en este lugar está la historia misma de la vida ferroviaria del país, con un museo que posee las reliquias más impresionantes que se pueden imaginar en cuanto a diversidad de maquinaria férrea, desde locomotoras, carros, vagones, herramientas, entre muchos objetos más.

Uno de esos tesoros es "Luzmila", es un carro de la década del 30 del siglo pasado adaptado para recorrer en la vía del tren. Ese vehículo pertenecía al barón del estaño, Simón I. Patiño. El modelo era el mismo que utilizaba el gánster Al Capone.

Visitar los paseos de ese museo, nos llevan a pensar que en Oruro se tuvo la riqueza más inimaginable posible y que en su momento no se supo valorar, al contrario, nos deshicimos de toda esa historia, tras la llegada del tren a la misma ciudad capital, el 15 de mayo de 1892, durante la presidencia de Aniceto Arce.

Sin embargo, fue Machacamarca que se encargó de cuidar todo ese legado y volverlo un museo único en Bolivia. Otro día nos referiremos a su gastronomía y a otros sitios que tiene este bello municipio, considerado hasta hoy como un verdadero vergel altiplánico.

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