Acaba de irse de este valle de lágrimas, nuestro amigo y nuestro maestro, don Luis Urquieta Molleda. No sabemos si en vida recibió lo que bien se merecÃa. Un hombre de tan notable trayectoria intelectual como Luis, es a veces, o casi siempre en Bolivia, un valor apenas percibido. Vivimos sumergidos en la ebullición de cosas ajenas a las manifestaciones del espÃritu. La literatura fue siempre desde hace rato un lujo extraño, en un medio que se parece más bien a un desolado páramo.
Tampoco sabemos por dónde se habrá descolgado la parca con su guadaña ominosa; lo que podemos testimoniar en esta hora triste es que Luis era un hombre raro: tal vez la vida le enseñó el secreto mágico de refugiarse en una sonrisa hasta en los momentos más ingratos de la vida. Esa expresión de tan fina cortesÃa en un hombre ya provecto - decÃa el Nobel Alexis Carrel - proviene de su espÃritu; es el alma que asoma a los ojos a pesar del dolor que cuesta a veces vencer el último tramo de la existencia.
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.