Difícil camino de transición

Ha transcurrido más de un mes desde que se diera la motivación que generó la reacción popular en "defensa de su voto" y ante claras muestras de un fraude electoral, que se hizo real con una crudeza increíble, mostrando lo que se presumía desde tiempo atrás, con una serie de actos incompetentes que se observaron en el Tribunal Supremo Electoral.

Con la realización de las elecciones y el lógico proceso del recuento de votos, con cifras iníciales del propio TSE se establecía una mínima diferencia entre el primero y segundo de los candidatos lo que determinaría una segunda vuelta, situación que parece alteró el curso del conteo legal, disponiéndose un corte en el recuento que tras algunas horas se restableció pero con cifras que mostraban otra situación, lo que motivó la justa reacción del electorado, iniciándose entonces la movilización general, defendiendo el voto legal.

De ahí adelante, las cosas han seguido un camino sinuoso, pero que ha sido vencido con la firme determinación de la ciudadanía de exigir, la renuncia del mandatario en funciones y al mismo tiempo la convocatoria a nuevas elecciones, proceso que pudo cumplirse con presencia de las autoridades que buscaban su reelección, pero que reconociendo la dimensión del fraude y la certificación de la OEA, prefirieron autoexiliarse aprovechando la oferta del Gobierno de México de concederles asilo político. Eso sucedió y allí se dirigieron los renunciantes del gobierno anterior. No hubo "golpe de Estado"

Las soluciones ya conocidas emergen con fluida rapidez, hay necesidad de establecer una sucesión regular de cargo y se designa a la nueva presidente transitoria que asume el cargo y reorganiza un equipo ministerial para que la acompañe en la tarea de restablecimiento de actividades del poder central.

En el tiempo que ha corrido se han cumplido normas elementales y se ha logrado neutralizar y calmar los ánimos de gente aleccionada desde México que convulsionaron el país, con bloqueos, marchas, atentados a personas y a la propiedad privada y pública, incluyendo un intento de dinamitar la planta de Senkata en El Alto hecho que de producirse hubiera sido catastrófico.

Se ha logrado consenso con una brigada del anterior esquema y aprobó y promulgó la Ley que abre el camino a nuevas elecciones, el asunto avanza y también se aprobó la ley para seleccionar y designar a los nuevos vocales del TSE, que se encargarán de elaborar las reglas claras para nuevas elecciones que deberán cumplirse a la brevedad, estimándose un tiempo regular de 120 días, pues hay que cumplir una serie de requisitos, especialmente por parte de los partidos políticos y que se alteraron en las elecciones fraudulentas.

Entre esos urgentes menesteres de legalidad institucional, se manejó por parte de la "mayoritaria bancada del MAS", la posibilidad de aprobar una Ley de Impunidad que "salve a los exmandatarios" de una serie de denuncias que ya han sido planteadas y deberán seguir su curso, dadas las condiciones que se observaron en los días pasados, con una serie de delitos que ocasionaron una millonaria pérdida al Estado, algunos municipios nacionales, a la Policía, a otras instituciones y domicilios particulares que en su momento tendrán la sanción que corresponda, según aseguran las autoridades de justicia.

Es difícil el camino de transición, pero encaminado de manera legal, lo que permitirá que se cumplan plazos y se definan instancias para llegar a la elección de nuevas autoridades, a las que se les entregará el mando legalmente. Mientras tanto parece una acción política inopinada, querer alterar tiempos y provocar la frustración de una transición dificultosa pero legal.