Paz para Bolivia

Bolivia está pasando uno de los momentos más complicados de su historia en este nuevo siglo, posturas políticas que llevaron al límite de la incomprensión por afanes netamente personales y de grupo, cuya consecuencia tuvo un alto costo, la pérdida de vidas humanas, la pérdida del patrimonio del Estado, destrucción, caos, división, mayor aliento al racismo y a la discriminación, pelea entre ciudadanos de una misma nación.

Como bolivianos, sin importar, dónde nos encontremos o qué tipo de actividad o profesión tengamos, vimos con mucha tristeza esta situación. El hecho de sólo ver esas peleas, llegaba a nuestra mente la pelea de Caín y Abel, y aún sin comprender cómo podemos pelear entre hijos salidos de una misma madre, en este caso, Bolivia.

Es entendible que cada persona, tenga su propio punto de vista de la situación, pero, ese pensamiento debe ser respetado por el otro y viceversa. Esa práctica de respeto mutuo se llama Democracia, y ésta gana cuando hay educación, cuando se antepone la Constitución Política del Estado, por encima de cualquier tipo de interés personal, sectario, de grupo o político.

Sin embargo, ese precepto fue olvidado y al contrario, ardió el reguero de pólvora para que ese odio difundido llegue a explotar, como una bomba con consecuencias funestas. Se emitió mensajes con versiones mentirosas, se sembró el terror en discursos malintencionados que lo único que originaban era desazón, llanto y muerte, para quienes fueron utilizados como carnada, con el objetivo de intentar lograr nuevamente el poder.

Sin embargo, hay algo que debemos tomar en cuenta y nunca olvidarnos de esta frase: "La voz del pueblo, es la voz de Dios", fue así que el pueblo llegó a poner un alto y a ellos también se unieron la Policía y el Ejército, muy al margen de vestir de uniforme, queremos recordarles que también somos bolivianos, somos el pueblo que tiene por detrás una familia a quien cuidar.

Al salir a las calles, nuestra misión es enteramente constitucional, velar por la seguridad de la ciudadanía y velar por la seguridad nacional. La ciudadanía lo entendió y con ese cariño recibido en las calles, hace que nuestro pecho se hinche de orgullo, porque recuperamos lo que parecía perdido, el respeto y la credibilidad.

En todos los puntos de conflicto, siempre se intentó negociar, con la única finalidad de preservar la vida. En muchos casos funcionó, en otros no se nos entendió. Pero aquello también nos permitió entender que en Bolivia, debemos trabajar mucho, no sólo en educación, sino también en valores y en algo que es muy importante, trabajar en la paz del alma de cada persona.

Es hora de mover el timón, encaminar un nuevo Norte, pero con un llamado clamoroso de paz y unidad de Bolivia, porque todos somos hijos de una misma nación, sin importar el color de piel, el apellido, el origen de la región, el tener alguna inclinación de tipo religioso o la misma forma de pensar.

Para llegar a ese nivel, debemos ver al cielo y clamar a Dios, que sólo �l teniendo en nuestros corazones, podemos lograrlo, pero el trabajo debe ser de cada uno de nosotros y de manera consciente. Hoy que tenemos la oportunidad de ver nuevamente la luz, trabajemos duro para tener paz y con ello, veremos a nuestros hermanos, sin prejuicios, sin odios, sin discriminación, porque todos somos iguales.

Desde donde estemos, es hora de cambiar. Hagamos un compromiso personal, hoy Dios nos da la oportunidad de mirarnos entre nosotros y saber que no llegamos a esta vida para destruir, sino para construir, vivir en armonía y en unidad. No cambiaremos el modo de pensar de todos, pero lucharemos por un bien común, llamado Bolivia.

Como Policía exhortamos a la paz de los bolivianos y hacemos un llamado de conciencia, principalmente a aquellas personas que no quieren ceder en esta pacificación, con el corazón en la mano les decimos, por favor dejen esas posturas de intransigencia y piensen en el bienestar general, hay gente que necesita movilizarse y más debido a una urgencia, porque están enfermos o deben recibir atención inmediata, estamos hablando de vidas, no de objetos.

Por ello, como Policía siempre cumpliremos nuestra misión de respetar los preceptos constitucionales, como es la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, además de la defensa y el cumplimiento de las leyes en todo el territorio nacional.

Fuente: Por: Cnl. Manuel Vergara Sandoval Director Felcc - Oruro