Falacias que producen náuseas

Uno cree que todo lo que hemos tenido que aguantar en estos últimos catorce años ya tendría que haber forrado al hígado de situaciones increíbles e incomprensibles las más de las veces, pero resulta que no había sido así, y durante este último tiempo estamos siendo bombardeados con una serie de falacias que producen ciertamente náuseas y que, obviamente, están dirigidas desde el exterior, desconociendo arteramente la realidad de lo que hemos vivido en Bolivia estas últimas semanas.

Entendemos por falacia al hábito de emplear falsedades en daño ajeno, o también como el engaño, fraude y mentira con que se intenta dañar a otro. La primera falacia es que en Bolivia se produjo un golpe de estado, nada más alejado de la verdad de que lo que se dio después del descomunal fraude en las elecciones de octubre pasado, fue ciertamente una rebelión pero pacífica y de millones de personas que pararon las actividades, buscando que se respete su voto y con la obvia consecuencia, que el autor del engaño no podía seguir manejando los intereses del país, por lo que se exigió la renuncia del entonces presidente. No hubo ni el menor atisbo de empleo de violencia o participación de las instituciones armadas de la nación, fue un movimiento enteramente ciudadano.

La segunda falacia, es que el expresidente renunció a su investidura, pero al no habérsele aceptado en la Asamblea Legislativa, sigue siendo presidente y por lo tanto demanda regresar al país, desconociendo que huyo del país buscando asilo en el extranjero y, consiguientemente, se produjo un abandono de funciones y en aplicación de la norma constitucional se dio la legitima sucesión presidencial dentro de los términos de la Constitución Política del Estado.

Otra falacia que se sigue publicando en el mundo es que los bloqueos que se vienen dando en diferentes lugares del país, son bloqueos del pueblo, siendo evidente la realidad de que esos bloqueos son realizados por personas pagadas y con intereses delincuenciales que utilizan indebidamente a personas del pueblo, dándoles exiguos beneficios económicos o alcoholizándolos para cumplir sus órdenes llegadas del exterior.

Es preocupante el torcido manejo que un país extranjero está dando a la figura legal del asilo, no sólo permitiendo sino promocionando a que el expresidente asilado en ese país, realice actividades totalmente prohibidas a personas asiladas políticamente, incurriendo en una franca complicidad de conspiración y destrucción de los principios diplomáticos que son de cumplimiento obligatorio.

Y así, seguimos transitando en esta viña del Señor, esperando que de una vez se definan fechas y otros para el objetivo final de tener nuevas y limpias elecciones, y nos desesperamos por la lentitud en que se transita para conseguir lo que deseamos.