En peligro la seguridad ciudadana

Los hechos que se denuncian y se observan cotidianamente, causan verdadera preocupación entre la ciudadanía que "no puede creer lo que pasa" cuando se pone en riesgo la vida de mucha gente, sólo por responder a incitativas de políticos que han perdido el sentido de humanidad y respeto a los derechos ciudadanos.

Las hordas políticas siguen asolando los barrios de nuestras ciudades, causan daños de magnitud en la propiedad privada y pública y hasta amenazan con ocupar dependencias estratégicas, como la "planta de Senkata" en la zona alteña, donde se encuentran los depósitos de carburantes y de gas. Este intento se observó recientemente, cuando efectivos policiales lograron la retirada de un grupo de choque que derribó un muro perimetral de la planta de YPFB en Senkata. "Ese intento es realmente criminal por sus consecuencias y la irresponsabilidad de vándalos que siguen consignas de políticos en fuga", señaló la autoridad policial en referencia a la oportuna intervención policial, cuando algunos desalmados pretendían dinamitar e incendiar el depósito de combustibles en la zona alteña.

Los grupos irregulares que siguen causando terror en calles de ciudades del país, responden a "incitativas de un líder político que fugó del país, pero que vía comunicación por celular, ordena mantener el caos en el país" como han verificado autoridades del Ministerio de Gobierno. Tal situación además de causar temor y preocupación, está pasando a otra instancia y es que mucha gente rechaza esas actitudes y asumirá "su propia defensa", ante lamentables enfrentamientos que ojalá no se produzcan.

Domicilios de algunas autoridades y de políticos nacionales son objeto de atentados, se generan incendios, sin medir consecuencias y sin respeto a la vida y la dignidad de personas. "Son actos de vandalismo criminal" y cuyos responsables deben ser denunciados, otros arrestados y juzgados por los delitos que cometen abiertamente y con desmedida impunidad.

En los días anteriores han dado muestras de su presencia en el país, algunos de los ex funcionarios del Gobierno en huída y lo han hecho para pedir salvoconductos que faciliten su salida al exilio en México, que se convierte en el refugio de los políticos que esperan ponerse a buen recaudo en el país de los mariachis.

La colectividad exige a las autoridades, asumir medidas contundentes para neutralizar a los grupos irregulares, desmantelar y apagar esos focos de sedición, denunciar públicamente a los culpables y sancionarlos en el orden que disponen nuestras leyes, en defensa de la vida de personas y de la propiedad pública y privada, que es atacada por grupos delincuenciales promovidos por instancias de política revanchista y racista.

Lo que está ocurriendo, con una serie de conflictos sociales, saqueos, atentados en domicilios e instituciones, incendios, bloqueos, enfrentamientos con la comunidad utilizando armas y dinamitas, es una consecuencia del resentimiento que aflora tras el abandono de un líder que no es capaz de confesar su derrota y reconocer sus errores, para enmendar la situación de caos que compromete la seguridad ciudadana en toda su integridad.

Se altera el suministro de alimentos, se bloquea el paso de camiones con alimentos, pero además se interfiere en las ciudades hasta la provisión de medicinas, oxígeno y suministro de productos elementales para alimentación en hospitales y otros centros de asistencia social. Un verdadero atentado contra los derechos humanos. Ya es tiempo de detener esa intolerancia, recurriendo a las leyes y las acciones que frenen la violencia politiquera.